El gobierno prepara un pacto para utilizar a las fuerzas armadas en la represión interna

El 1 de septiembre seamos miles por la aparición vida de Santiago Maldonado y para repudiar estos aprestos represivos.


“El Gobierno evalúa que las Fuerzas Armadas puedan actuar en la lucha contra el narcotráfico y el terrorismo”, tituló Infobae un artículo publicado este último fin de semana (27/8), que revela los planes del gobierno para la militarización de la seguridad interna del país.


 


“Un secretario de Estado remarcó que ´hay voluntad política´ para que los militares se pongan a disposición de un trabajo conjunto con la Policía Federal, la Gendarmería y la Prefectura”, continúa la nota. “Pero el mismo funcionario remarcó que para ello se necesitará  ´mucho consenso político´ en todas las fuerzas partidarias. Confían en este sentido en un eventual apoyo que sectores como el Frente Renovador de Sergio Massa –quien en una entrevista con Infobae admitió esa posibilidad– o algunos peronistas que ya habían dado muestras de darle a las Fuerzas Armadas este nuevo papel”.


 


Envalentonado por la pulverización del pejotismo, el gobierno descuenta anudar acuerdos con la “oposición” para avanzar con la reformas laboral, jubilatoria e impositiva como lo hizo hasta ahora respecto de los fondos buitre, el endeudamiento, la perpetuación del impuesto al salario, la confiscación de la “reparación histórica” a los jubilados y la ley de riesgos de trabajo. La agenda posterior a octubre incluye entonces este reforzamiento represivo.


 


El involucramiento de las fuerzas armadas en la represión interna fue enunciado por Macri en su primera “cena de camaradería” con la cúpula militar. Allí convocó a la “participación activa” de las fuerzas armadas “en tres líneas: caminar hacia una Argentina con pobreza cero, enfrentar y derrotar al narcotráfico y unir a los argentinos”. Las declaraciones de funcionarios relativizando el número de desaparecidos, los llamados a la “reconciliación” con los represores y el 2×1 a los genocidas fueron apuntadas en esta dirección.


 


Para poner en marcha este plan, el gobierno estaría analizando las alternativas de modificar la reglamentación de la Ley de Defensa o el articulado de la Ley de Seguridad Interior. Bajo el kirchnerismo, las fuerzas armadas comenzaron a realizar tareas de “apoyo logístico” en zonas de frontera en la “lucha contra el narcotráfico” que continúan hasta hoy. “Ya hubo varios operativos en Misiones, Corrientes y Formosa, donde se destacó la colaboración del Ejército”, enumera el autor del artículo.


 


Para delinear la nueva misión de las fuerzas armadas “se analizaron los casos comparativos de países latinoamericanos como Brasil o Colombia, donde las Fuerzas Armadas tienen un rol activo en la lucha contra el narcotráfico. En el caso del combate contra el terrorismo se pusieron sobre la mesa los recientes ejemplos del accionar militar en países de la Unión Europea” (ídem). Para esto último, el gobierno de Macri podrá valerse de las leyes “antiterroristas” legadas por los gobiernos K para atacar la protesta.


 


Las acechanzas de la Gendarmería en la Patagonia y la desaparición de Santiago Maldonado; la detención del dirigente mapuche Jones Huala como resultado de un operativo conjunto de los estados argentino y chileno; la multiplicación de retenes de fuerzas federales en rutas y caminos de todo el país, especialmente en el conurbano; la sistemática agitación del gobierno sobre supuestos brotes de  “violencia política”, al extremo de acusar de destituyente a una marcha contra el gatillo fácil; pretenden crear un clima de intimidación contra las movilizaciones populares. Los desalojos de los piquetes del paro del 6 de abril y de las ocupaciones obreras de AGR-Clarín y Pepsico están engarzados con esta política. El gobierno quiere asegurarse la disposición de las fuerzas armadas para enfrentar un eventual cuadro de rebelión social.  


 


En este cuadro, la convocatoria del Encuentro Memoria Verdad y Justicia a marchar el próximo viernes 1 a Plaza de Mayo por la aparición con vida de Santiago Maldonado cobra una importancia enorme.


 


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