El testimonio de un dirigente ferroviario de la Lista Gris

En la audiencia del 4 de octubre, marcada por la desaparición de Alfonso Severo, declaró Leonardo Franzín -obrero ferroviario desde hace 16 años y militante de la agrupación Causa Ferroviaria, y del PO junto a Mariano-, hoy uno de los principales candidatos de la Lista Gris que enfrenta a todos los socios de Pedraza en la elección de la seccional del ex Roca, la más importante del país. Franzín explicó la vida interna del ferrocarril y el papel del sindicato conducido por Pedraza. Trabaja y milita en los talleres de Escalada, de donde salió el grueso del personal que participó de la patota. Muchos de ellos fueron llevados mediante engaños, afirmó frente al tribunal, ya que se les decía que iban a concurrir a un acto. Les puso nombre y apellido a los delegados que pusieron en marcha la convocatoria: "Los que recorrían el taller eran Amuchástegui, Alcórcel, Aria, Toreta… Todos responden directamente a Pablo Díaz". La salida de esos empleados en horario laboral fue autorizada por escrito por la gerencia de Recursos Humanos de Ugofe.


Sobre la organización gremial del ferrocarril, Franzín denunció que "el estatuto de la Unión Ferroviaria es restrictivo y, además, desconocido para los trabajadores". Explicó que no hay elección de delegados por sector sino 'lista sábana' y que tampoco hay representación de las minorías en el cuerpo de delegados ni en ninguna otra instancia. Franzín contó que, a pesar de que su agrupación obtuvo entre el 30 y el 40% de los votos en las elecciones de la línea, y que dos veces se impuso en los talleres, nunca pudieron acceder a ninguna representación gremial.


También se refirió a la lucha de los tercerizados, en la cual Causa Ferroviaria jugó un papel protagónico. "Cuando llegó Ugofe, hubo un aluvión de tercerizaciones", dijo. "La más escandalosa fue el caso de Unión del Mercosur, que pertenecía al sindicato. Hacían trabajos de limpieza, que es un rubro que forma parte de nuestro convenio colectivo. La cooperativa funcionaba con los recursos del Estado, aportados a través de la Subsecretaría de Transporte. Los tercerizados eran monotributistas, no tenían vacaciones y ganaban una tercera parte de lo establecido en el convenio. La Unión Ferroviaria no quería que los tercerizados pasaran a planta. En siete meses de lucha no vinieron a una sola negociación con la empresa en el Ministerio de Trabajo. Hay una contradicción muy grande: un sindicato no puede estar de los dos lados del mostrador. Se supone que está para defender a los trabajadores. En el ferrocarril, en cambio, tenemos jefes que son delegados sindicales. No se pueden defender los intereses de la patronal y los de los trabajadores simultáneamente. Me parece una cuestión de principios". Franzín dijo que "la Unión Ferroviaria es una organización vertical. La jerarquía en el Roca viene en el siguiente orden: Pedraza, Fernández y Pablo Díaz". También declaró que "cuando yo entré al ferrocarril, los ingresos pasaban por la gerencia de Recursos Humanos. Cuando llegó Ugofe, el sindicato pasó a poner al gerente. En los talleres metieron a mucha gente. Amigos, familiares… los consideran gente que les debe favores".