El tribunal sale al rescate político del gobierno

Para excusar al ministro Carlos Tomada de cualquier complicidad política con Pedraza, el presidente del tribunal, Horacio Días, asegura que la conocida conversación entre ambos revelaría “el propósito (de Tomada) de sacárselo de encima”. El espacio que dedica a este exabrupto revela el esfuerzo del tribunal por desligar al gobierno de cualquier complicidad de orden político con la burocracia sindical. La recomendación de Tomada a Pedraza de que “no hay mejor defensa que un buen ataque” -cuando habían transcurrido tres meses del crimen y con Pedraza al borde de la cárcel- al tribunal lo dejó sin cuidado.


Es probable que en esa conversación de compinches haya alguna ‘diferencia’, en particular porque la lucha había impuesto el pase a planta permanente de miles tercerizados, algo que quizás incomodaba a la burocracia pedracista. Pero es precisamente este punto el que explica otra recomendación de Tomada: “hacerles la cabeza a los tercerizados”. La diferencia entre uno y otro, si la hubo, reforzó la complicidad entre ambos a la hora de hacer frente a la nueva situación que se había creado. Los “cursos de capacitación” a los que alude Tomada para ese ‘lavado’ son financiados por el Estado -el Ministerio de Trabajo y/o de la Secretaría de Transporte. Los cursos son un campo de reclutamiento y manipulación: allí se forman las patotas. La respuesta de Pedraza, que el tribunal pasa por alto intencionalmente, demuestra que el burócrata entendió la ‘recomendación’ del ministro, porque le informa que el sindicato está infiltrando gente en el Sarmiento para operar contra el cuerpo de delegados. En otros términos: lo que no se logra detener en forma directa, incluido el crimen, podría obtenerse mediante la infiltración y la cooptación. Esta operatoria caracteriza a una asociación ilícita con el concurso del Estado, aunque no sabemos si esto se encuentra tipificado en algún código.


Los fundamentos del fallo son una pieza excepcional de encubrimiento de la estatización de los sindicatos por parte del Poder Judicial. Al presidente del TOC se le cayeron las notas sobre la conversación subsiguiente entre Pedraza y la subsecretaria de Tomada, Noemí Rial.


La intervención encubridora de Horacio Días se pone por sobre todo en evidencia cuando se considera que ni Tomada ni Rial han sido parte de la causa. Pero dada la actualidad política que obtuvo por la revelación del audio de esa conversación telefónica, el tribunal creyó necesario rescatar al ministro, o sea al gobierno. No es casual, entonces, que en esta causa no se haya investigado a Schiavi y Luna, ni a Aníbal Fernández, responsable de las fuerzas de seguridad en aquel momento.