En las vísperas de la 11° Marcha de la Gorra

La movilización antirrepresiva nacida en Córdoba ha ganado en consistencia política y se ha extendido al resto del país.


La onceava Marcha de la Gorra, que tendrá lugar el 17 de septiembre, apuntará su crítica al régimen político de conjunto bajo la consigna: “El Estado nos mata, los medios lo bancan, nuestra lucha avanza”.


 


Nacida en Córdoba, a lo largo de estos 11 años la marcha antirrepresiva ha ganado en consistencia política y se ha extendido al resto del país.


 


La movilización será un respaldo para la lucha contra la impunidad y la represión, cuando los gobiernos nacional y provinciales acompañan su paquete de reformas contra el pueblo trabajador con un creciente cercenamiento de las libertades democráticas. En ese sentido, la marcha rechazará el planteo de reforma laboral, educativa y de salud.


 


En la ciudad de Córdoba capital la movilización se dirigirá a la Casa de gobierno, y habrá convocatorias en las principales ciudades de la provincia: la denuncia a los gobiernos ajustadores y represivos se desarrollará masivamente en Río Cuarto, San Francisco, Villa María, Mina Clavero, Jesús María y Colonia Caroya.


 


Otros lugares del país tendrán una primera edición de la marcha: la de Catamarca será el mismo 17, mientras que CABA y Mar del Plata se movilizarán el 23 de noviembre, y un día después lo hará La Plata.


 



 


Las movilizaciones parten de una delimitación del Estado: según la mesa organizadora, la Marcha de la Gorra es “expresión de lucha y visibilidad popular que está en contra de la represión estatal venga del gobierno que venga, y la represión misma no comenzó cuando asumió Macri”. Por esa y otras razones las organizaciones ligadas al kirchnerismo no impulsan la movilización.


 


Año tras año la marcha de la gorra era el punto de encuentro de las diferentes organizaciones de Córdoba; cada una desde sus posiciones se movilizaba para denunciar la represión de la policía. En esta edición, las organizaciones kirchneristas ya ni presentan debates como en el pasado para defender la teoría de la seguridad democrática –esas posiciones no tienen eco en la mesa organizadora. Otras organizaciones de centroizquierda dejaron de participar de las reuniones de preparación de la marcha. A la luz de la experiencia recorrida durante 11 años, corresponde tener presente y valorar un corrimiento hacia posiciones de denuncia integral del régimen político. La influencia de los partidos patronales en el movimiento anti represivo está en franca retirada.


 


Ante la retirada y deserción del kirchnerismo y de la centroizquierda para organizar con todo la lucha contra la represión y la impunidad del gobierno del PJ provincial, se refuerza aún más  la necesidad del aporte de la izquierda. El Partido Obrero, y las agrupaciones que impulsa, prepara una movilización intensa para denunciar la orientación represiva del macrismo y del gobierno provincial de Juan Schiaretti, que busca imponer un estado de excepción para avanzar contra los reclamos populares: en esa línea sancionó una ley anti huelga, y creo la División de Inteligencia Antiterrorista”.


 


En este cuadro, ligamos la defensa de las libertades democráticas a las reivindicaciones de las masas. Vamos con todo a ganar las calles contra la impunidad y la represión.