Familiares de víctimas de la represión estatal repudian discurso de la jefa de la Policía de Córdoba

La titular de la fuerza, Liliana Zarate, “recomienda” a los uniformados "trabajar en el marco del respeto".

Familiares y amigxs de victimas de gatillo fácil, represión estatal, salieron al cruce de declaraciones vertidas por la jefa de la Policía de Córdoba, Liliana Zarate, quien manifestó en el contexto de cuarentena, que “recomienda” a los integrantes de la fuerza “trabajar en el marco del respeto”.

El discurso de la funcionaria hizo que familiares de victimas de la represión estatal se declararan en “estado de alerta”. Así lo hicieron saber en un comunicado firmado por Soledad Paredes, mamá de Joaquín Paredes (Paso Viejo), Soledad Laciar, mamá de Blas Correa (Capital), Sandra Zarandón, mamá de Álvaro Zarandón (Laboulaye), Claudio Malizzia, papá de Yamil Alexis (Rio Tercero), Gimena Lescano, tia de Agustin Barrios (Jesus María), Gabriela Jaime, compañera de José Ávila.

Lxs familiares de las victimas padecieron el empoderamiento de las fuerzas de (in)seguridad, sobre todo tras la creación del COE en la provincia durante el año pasado. En su momento, desde Prensa Obrera advertíamos que el gobierno había creado un comité para la represión.

Ahora, en el marco de una nueva cuarentena, la jefa de la Policía, y el ministro de Gobierno hicieron declaraciones que publicó La Voz del Interior y que vale la pena analizar. En principio Facundo Torres, señaló que el criterio de la Provincia será no “criminalizar la pandemia”. En esta línea Liliana Zarate apuntó “la recomendación que se le ha dado a la fuerza policial es que el trabajo se haga en el marco del respeto”.

Con los intendentes represivos con los que cuenta la Policía de Córdoba, las declaraciones de funcionarios constituyen una provocación. Por eso en el mencionado comunicado, lxs familiares afirman que “esencial es la vida y esenciales, nuestros hijos. Resulta imperante recomendar a la población cuidarse de la represión policial que opera a oscuras, persigue, tortura y mata. Tergiversa, miente, arma causas, planta armas, altera escenas y mantiene relación directa con el poder superior que los dota de impunidad necesaria para salir ilesos ante los más aberrantes crímenes cometidos, aún en flagrancia”.

Expresiones de funcionarios del gobierno, como Liliana Zarate, no hacen más que dejar a la vista el accionar represivo de las fuerzas policiales, mientras abren el paraguas por si las dudas. Es que la policía de la provincia es blanco de críticas sistemáticas, sucede que no garantiza la seguridad, sino que es una fuerza que se encuentra entrelazada con los delitos, como el narcotráfico, la trata de personas, desarmaderos de autos, robos de bandas.

Es decir que se trata de un aparato que desde sus raíces está descompuesto. Y en el que la violencia es una norma dentro de las instituciones represivas para sostener un sistema que día a día nos empuja a mayor miseria.

En primera instancia vale señalar el carácter de la institución policial y cuál es el rol que cumple dentro de la sociedad, en este punto sabemos que la policía, por definición, es el brazo armado del Estado para reprimir, y son los gobiernos quienes ordenan y disponen el accionar de las mismas. Desde reprimir una lucha justa como puede ser la del salario hasta darle vía libre, a una fuerza fuertemente cuestionada, como la bonaerense responsable de la desaparición seguida de muerte de Facundo Castro.

En los casos de gatillo fácil ocurridos a manos de la Policía de Córdoba, en todos, hubo una cadena de responsabilidades políticas, y judiciales, que dan cuenta de toda una orientación represiva. El gatillo fácil en nuestra provincia es la muestra más cruda de una política asesina de los gobiernos, ya sean oficialismo u oposición.

En segunda instancia vale marcar que los gobiernos van ir a una cuarentena sin recursos, un parte importante de la población tiene que elegir entre morir de hambre o morir por el Covid, el brazo armado del Estado es nuevamente el que dispone de un control absoluto de la circulación, según cifras oficiales, 16, mil policías se disponen solo en Córdoba para esto. Los gobiernos elijen los palos y las balas por sobre la asistencia social para imponer un cofinamiento con hambre y sin responder reclamos de trabajadores de la salud.

Con hambre no hay cuarentena, basta de ajuste y represión estatal, justicia para lxs pibes víctimas de la Policía descompuesta, gatillo fácil nunca más. Será justicia.