Fuera las bandas fascistas de Caballito y de todos los barrios de la Ciudad

Como parte de una “campaña nacional” impulsada por la agrupación neonazi “Vanguardia Nacionalista”, esta semana fueron atacados en los barrios de Caballito y Paternal símbolos y murales referidos al genocidio de la dictadura militar.


En su página de Facebook, la banda neonazi convoca a sumarse a “la campaña nacional ´Fuera pañuelos´, tachándolos, interviñendolos (sic) con el signo $ o borrándolos de las plazas y veredas de tu barrio”.  Acompañan esta provocación con la imagen de tachaduras realizadas con aerosoles a los pañuelos de Madres de Plaza de Mayo dibujados en las baldosas de Plaza Irlanda.


 



En la misma semana, la casa de la docente e hija de desaparecida Eugenia Azumendi apareció escrachada con la inscripción “Videla”. A pocas cuadras, un mural en homenaje a las Madres, en la escuela “Andrés Ferreyra” también fue atacado con tachaduras y escraches con aerosol y la baldosa recordatoria de Raymundo Gleyzer fue destruida.


De forma inmediata, organizaciones de derechos humanos, docentes y sociales y vecinos del barrio acercaron su solidaridad y un repudio enérgico a este ataque, solidaridad que devino en la recuperación de dichos símbolos profanados por los grupos neonazis


El principal responsable del accionar de estas patotas fascistas es el propio Estado, el cual desde el año 2014 –en pleno gobierno K– le otorgó al partido comandado por Alejandro Biondini “Bandera Vecinal”, su personería y legalidad para presentarse a elecciones, como ocurrió en las presidenciales del 2015. Ya en el gobierno de Cambiemos la participación política de este grupos tuvo mayor protagonismo, como ocurrió con la invitación del subsecretario de juventud “Piter” Robledo a una reunión de juventudes políticas en la Casa Rosada a comienzos de 2016.


A esto se le sumo la colaboración de estas patotas en la represión a la movilización del encuentro nacional de la mujer en Mar del Plata, como así, ya en el gobierno de Cambiemos, la invitación recibida por parte de la secretaria de la Juventud de la nación a participar de un encuentro de juventudes políticas a dicho partido fascista. Esta política legitimadora llevó al reclutamiento de estos elementos, como ocurrió con Agustín Montagut, un ex integrante de Bandera Vecinal devenido en militante del PRO y colaborador de la ministra de seguridad Patricia Bullrich.

Estas bandas, lejos de tener la influencia política de los grupos neonazis de Europa y Brasil, cultivan vínculos con el gobierno y, especialmente, con el aparato represivo. Son patotas marginales que actúan bajo la tutela de un Estado que les ha sido funcional y los ha legalizado.


Desde el Partido Obrero y el Frente de Izquierda nos solidarizamos con Eugenia Azumendi y con toda la comunidad educativa víctima de estos ataques y repudiamos enérgicamente a estas patotas haciendo un llamado a todos los trabajadores, a los vecinos y vecinas y a toda la ciudadanía democrática a organizarnos y movilizarnos en todos los barrios contra estas provocaciones