Libertades democráticas
21/10/2004|873
Gran marcha por la libertad de las compañeras y compañeros presos
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Cuando la cabecera de la columna entraba a la Plaza de Mayo, la cola estaba saliendo de Congreso. Más de 20 mil compañeros se movilizaron para reclamar la libertad inmediata e incondicional de los presos políticos. La columna del Partido Obrero y el Polo Obrero fue la más grande. La represión de Kirchner forjó en la calle un amplio frente de organizaciones piqueteras, de izquierda, obreras y estudiantiles.
La vergüenza de los ausentes
Desde ya que no marchó la izquierda ‘transversal’ del FOP (Patria Libre, etc.) que hace unos días empapeló la Capital pidiendo “Una Argentina para todos”. Menos para las compañeras y compañeros presos.
Tampoco estuvieron presentes los organismos de ‘derechos humanos’, empezando por las Madres de Hebe de Bonafini. El Museo de la Memoria les ha hecho olvidar la represión capitalista en curso.
Sí participaron Apel, Ceprodh, Correpi, LADH y Liberpueblo. No estuvo la CTA.
La lucha contra la represión y por la libertad de los presos políticos ha dividido las aguas.
Una estrategia unitaria e independiente
El documento leído en la Plaza de Mayo denuncia al gobierno de Kirchner por haber “avanzado violentamente en la escalada represiva contra el movimiento popular”. Denuncia que Kirchner ofreció “seguridad jurídica para el FMI, los banqueros, la Repsol y los Techint”, forzando incluso “las figuras jurídicas” para encarcelar a los luchadores. Se denuncia la represión contra el movimiento obrero y sus luchas (Gatic, AGR, etc.). “Este proceso represivo -dice el texto-, se viene desarrollando desde el gobierno y sus fuerzas de seguridad, desde la justicia corrupta y con las leyes de mano dura”.
Los medios boicotearon la información de la convocatoria, que reunió a muchos más que los que fueron subidos a los ómnibus para ir al acto del 17 de octubre del PJ y la CGT en la cancha de Atlanta o al de los “transversales” en el Luna Park.
El texto denuncia que “también sigue la impunidad de los autores materiales y políticos de los asesinatos de Maximiliano Kosteki y Darío Santillán”, de los de la bomba en Plaza de Mayo, de los 1.500 casos de gatillo fácil’. Exige “la apertura de los archivos secretos de la Side y la formación de una Comisión Investigadora Independiente que investigue el atentado a la Amia.
“La lucha, la movilización y organización unitaria y coordinada de todos los sectores obreros y populares, es la respuesta contundente que tenemos que dar hoy para sacar a nuestros presos de la cárcel”, marca el documento leído.
Asimismo, reivindica “el derecho a la lucha y organización, que ellos quieren catalogar como delito. Porque luchar es un acto de dignidad y no un delito. Así quieren ocultar los verdaderos delitos que se cometen contra el pueblo: el robo del trabajo, el salario, nuestros recursos naturales y el patrimonio nacional como el petróleo, el gas, el agua, como ahora quieren profundizar con la creación de Enarsa.
El documento plantea la lucha por “la libertad inmediata de todos los presos” como bandera central de la lucha actual por los más elementales derechos democráticos.
Por un plan de lucha nacional
Necesitamos, entonces, un plan de lucha por la libertad de los presos. En primer lugar, para enfrentar el juicio, en los tribunales de Lomas de Zamora, a Hernán Gurián, uno de los reprimidos en el Puente Pueyrredón. Como denuncia el documento central, mientras Franchiotti y los asesinos de Kosteki y Santillán recién serán juzgados en marzo del 2005, se pretende encarcelar con anticipación a los compañeros reprimidos en dicha jornada. El derecho burgués funciona ‘al revés’. Esta es la oportunidad de una nueva gran movilización sobre dichos tribunales y en todo el país.
Multipliquemos los comités por la libertad de los presos políticos. Organicemos actos y marchas hasta arrancar a los presos de Kirchner y el FMI de las cárceles.