Gran marcha por la libertad de las compañeras y compañeros presos

Cuando la cabecera de la columna en­traba a la Plaza de Mayo, la cola esta­ba saliendo de Congreso. Más de 20 mil compañeros se movilizaron para reclamar la li­bertad inmediata e incondicional de los presos políticos. La columna del Partido Obrero y el Polo Obrero fue la más grande. La represión de Kirchner forjó en la calle un amplio frente de organizaciones piqueteras, de izquierda, obreras y estudiantiles.


La vergüenza de los ausentes


Desde ya que no marchó la izquierda ‘trans­versal’ del FOP (Patria Libre, etc.) que hace unos días empapeló la Capital pidiendo “Una Argentina para todos”. Menos para las com­pañeras y compañeros presos.


Tampoco estuvieron presentes los orga­nismos de ‘derechos humanos’, empezando por las Madres de Hebe de Bonafini. El Mu­seo de la Memoria les ha hecho olvidar la re­presión capitalista en curso.


Sí participaron Apel, Ceprodh, Correpi, LADH y Liberpueblo. No estuvo la CTA.


La lucha contra la represión y por la li­bertad de los presos políticos ha dividido las aguas.


Una estrategia unitaria e independiente


El documento leído en la Plaza de Mayo de­nuncia al gobierno de Kirchner por haber “avanzado violentamente en la escalada re­presiva contra el movimiento popular”. De­nuncia que Kirchner ofreció “seguridad jurí­dica para el FMI, los banqueros, la Repsol y los Techint”, forzando incluso “las figuras ju­rídicas” para encarcelar a los luchadores. Se denuncia la represión contra el movimiento obrero y sus luchas (Gatic, AGR, etc.). “Este proceso represivo -dice el texto-, se viene de­sarrollando desde el gobierno y sus fuerzas de seguridad, desde la justicia corrupta y con las leyes de mano dura”.


Los medios boicotearon la información de la convocatoria, que reunió a muchos más que los que fueron subidos a los ómnibus pa­ra ir al acto del 17 de octubre del PJ y la CGT en la cancha de Atlanta o al de los “trans­versales” en el Luna Park.


El texto denuncia que “también sigue la impunidad de los autores materiales y polí­ticos de los asesinatos de Maximiliano Kosteki y Darío Santillán”, de los de la bomba en Plaza de Mayo, de los 1.500 casos de ga­tillo fácil’. Exige “la apertura de los archivos secretos de la Side y la formación de una Co­misión Investigadora Independiente que in­vestigue el atentado a la Amia.


“La lucha, la movilización y organización unitaria y coordinada de todos los sectores obreros y populares, es la respuesta contun­dente que tenemos que dar hoy para sacar a nuestros presos de la cárcel”, marca el docu­mento leído.


Asimismo, reivindica “el derecho a la lucha y organización, que ellos quieren catalogar co­mo delito. Porque luchar es un acto de digni­dad y no un delito. Así quieren ocultar los ver­daderos delitos que se cometen contra el pue­blo: el robo del trabajo, el salario, nuestros re­cursos naturales y el patrimonio nacional co­mo el petróleo, el gas, el agua, como ahora quie­ren profundizar con la creación de Enarsa.


El documento plantea la lucha por “la li­bertad inmediata de todos los presos” como bandera central de la lucha actual por los más elementales derechos democráticos.


Por un plan de lucha nacional


Necesitamos, entonces, un plan de lucha por la libertad de los presos. En primer lugar, para enfrentar el juicio, en los tribunales de Lomas de Zamora, a Hernán Gurián, uno de los reprimidos en el Puente Pueyrredón. Como denuncia el documento central, mientras Franchiotti y los asesinos de Kosteki y Santillán recién serán juzgados en marzo del 2005, se pretende encarcelar con anticipación a los compañeros reprimidos en dicha jornada. El derecho burgués funciona ‘al revés’. Esta es la oportunidad de una nueva gran movilización sobre dichos tribunales y en todo el país.


Multipliquemos los comités por la libertad de los presos políticos. Organicemos actos y marchas hasta arrancar a los presos de Kirchner y el FMI de las cárceles.