Grave ataque estatal contra los trabajadores de prensa

La Naranja de Prensa


La represión estatal contra trabajadores de prensa se repite y agudiza. Lo sucedido durante la multitudinaria movilización por la aparición con vida del Santiago Maldonado, demuestra que la policía fue a detener específicamente a los trabajadores de prensa que registraban la represión, además de agredir a otros más con palos, patadas, gases y balas de goma durante más de dos horas.


 


No es la primera vez que pasa: abundan las denuncias contra el accionar intimidatorio o directamente brutal de las fuerzas policiales y de seguridad en la Capital Federal, el Gran Buenos Aires y el resto del país.


 


El gobierno nacional no ha expresado su rechazo a ninguna de estas acciones violentas ejercidas por fuerzas estatales contra los trabajadores de prensa. Por el contrario, ha hecho silencio ante estos actos, cuando no los ha aprobado en forma indirecta por medio de la promoción de los perpetradores o el aplauso en las redes sociales.


A la luz de esta realidad, queda claro que el protocolo de seguridad para periodistas que pergeñó el Ministerio de Seguridad de Patricia Bullrich imponía el corralito -que buscaba contener a los trabajadores de prensa lejos de los hechos- para evitar que registraran la represión estatal a la lucha popular contra los intentos del gobierno nacional y los provinciales de descargar la crisis sobre esas espaldas.


 


En Santa Cruz, por ejemplo, es el gobierno de Alicia Kirchner que hoy ajusta y persigue sindicalmente a trabajadores de Canal 9 de Río Gallegos, que reclaman la pauta salarial adeudada desde 2014. Ese mismo año, en Santiago del Estero, el Ejecutivo provincial aliado del oficialismo intentó aplicar la ley antiterrorista -impulsada por el gobierno kirchnerista y la misma que se quiere aplicar ahora a los mapuches- contra un trabajador de prensa, que marcaba una continuidad con el Proyecto X de Gendarmería contra las organizaciones políticas y sociales.


 


El vaciamiento del Grupo 23 por parte de Szpolski-Garfunkel -los Cirigliano de los medios- fue la síntesis por antonomasia del manejo K de los medios y los servicios.


 


Los trabajadores de prensa se han sumado masivamente a la lucha actual por la aparición con vida de Santiago Maldonado. En todos los lugares de trabajo se han pronunciado con declaraciones, fotos y asambleas.


 


La defensa de la integridad física de los trabajadores de prensa en el ejercicio de su oficio es inseparable de la lucha por la libertad de expresión, de la independencia de las patronales y los gobiernos y por el derecho popular a la información. Sólo la movilización de los trabajadores en general, y de prensa en particular, con estas banderas, creará las condiciones para obligar al gobierno a retroceder en su política represiva.


 


¡Basta de ataques estatales a los trabajadores de prensa! ¡Fuera Bullrich! ¡Aparición con vida ya de Santiago Maldonado!