Hugo Krince: Se derrumbó la “versión oficial”


En el término de 72 horas, sufrieron atentados dos de los testigos de cuando fuerzas de la "Bonaerense 2" asesinaron al joven Hugo Krince. Primero fue baleada la casa de Alejandro Acosta (20 años); dos días más tarde, Rodrigo Tolosa (22 años) sufrió un extraño intento de robo en pleno centro de Avellaneda, en el que resultó gravemente herido en una pierna. El 28 de abril, el juez Bacca, del Juzgado Correccional N° 5, había denegado los pedidos de hábeas corpus que presentara el abogado para estos testigos. Hasta ahora, los tres acusados, Barboza, Bravo y Carabajal; el jefe de Policía Buenos Aires II de Avellaneda, Rubén Procopio; y los sargentos Adrián Aguilera y Ariel Roberti, fueron echados de la fuerza. Estos últimos son los que armaron el acta trucha en el Hospital Finochietto en la que sostenían haber hallado entre las pertenencias de Hugo un arma calibre 22 y una pequeña cantidad de marihuana. La médica del Finochietto que figura en el acta, la doctora Gragnalotti, declaró no haber visto ni armas ni drogas entre las pertenencias de Hugo.


 


La versión oficial del caso, defendida durante semanas por la cúpula de la Policía Buenos Aires 2 y por el Ministerio de Seguridad, que hablaba de un “enfrentamiento” se ha venido abajo. Cuando al cumplirse el primer mes de la masacre los familiares y vecinos se movilizaron a la sede de la "Bonaerense 2", sus cinco jefes respaldaron el operativo del 18 de marzo.


 


La movilización, la lucha y los testimonios de los vecinos de Villa Luján fueron un duro golpe a la historia montada por los policías. Los testimonios fueron detallados de cómo policías de “la 2” de civil fusilaron a Hugo Krince y balearon a Javier Escobar; cómo los uniformados de esta “fuerza nueva” (debutó en diciembre de 2005) apalearon reiteradamente a Alejandro Acosta. Todos ellos denunciaron las amenazas y el encubrimiento montado con colaboración de los agentes de la Comisaría 4ª de Avellaneda.


 


Los implicados en el encubrimiento fueron trasladados a otros destinos y se mantienen en actividad. El entonces comisario Guillermo Barrientos resultó ascendido a la jefatura distrital de Lomas de Zamora (DyN, 12/5). Los asesinos continúan en libertad.