Juicio Vesubio II: acusaremos por el homicidio de Diego Guagnini

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Actualmente, es el tramo final del juicio Vesubio II que se sigue contra los genocidas Gustavo Adolfo Cacivio, Néstor Norberto Cendón, Federico Antonio Minicucci y Faustino José Svencionis por 204 casos de compañeros detenidos desaparecidos que pasaron por el centro clandestino de detención y exterminio que se encontraba en Autopista Richieri y Camino de Cintura. Cuando esta edición de Prensa Obrera esté en la calle, desde la querella que integramos por Justicia Ya! estaremos realizando un pedido de ampliación de la acusación por homicidios y delitos sexuales cometidos en ese centro. La necesidad de realizar una ampliación por estos dos delitos en una veintena de casos se debe a que las investigaciones que realiza la Justicia antes de llegar a juicio oral suelen estar incompletas. A partir de declaraciones testimoniales que se escuchan en el juicio o acontecimientos externos, se hace necesario indagar a los genocidas también sobre esos delitos que van apareciendo. De lo contrario, los casos de homicidios o los de violaciones deberían esperar a otro juicio -es decir, una nueva postergación a 38 años del golpe. Uno de los homicidios por lo que se pedirá la ampliación de acusaciones, el de Diego Guagnini, hijo de la compañera Cata Guagnini. Diego Guagnini, militante montonero, fue secuestrado el 30 de mayo de 1977 junto a su hijo Emilio de 2 años de edad, y poco después que su compañera María Isabel Valoy. Guagnini fue llevado al Vesubio luego de haber pasado por otros dos centros clandestinos de detención. Pasados unos días, Emilio fue entregado a un tío abuelo materno, que está sospechado de ser cómplice de los secuestros y desapariciones de Valoy y Guagnini. Con la desaparición de sus hijos Diego y Luis durante la dictadura, Catalina Guagnini comenzó a militar activamente y fue fundadora del movimiento de Familiares de Detenidos y Desaparecidos por razones políticas. Cata, durante la lucha contra la dictadura se unió a Política Obrera, la organización que dio origen al Partido Obrero. Fue candidata a vicepresidente y miembro de la dirección nacional del partido. En 1989 fue detenida junto a Jorge Altamira y todo el comité nacional cuando el entonces presidente Alfonsín decreta el estado de sitio y su gobierno acusa al PO de instigar a los saqueos de supermercados. Recién, a 37 años del secuestro y desaparición de Diego Guagnini puede acusarse a los represores por su homicidio ya que sus restos fueron recuperados por el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) el año pasado. En 2004, a los 89 años, Cata, una luchadora de toda la vida, murió sin saber qué fue de sus hijos. La cantidad de represores que se están juzgando revelan la fragmentación de los juicios y el silencio estatal que a 30 años de democracia, y aún derrotando las leyes de impunidad sigue sin abrir los archivos de la dictadura y valiéndose de los organismos de derechos humanos y víctimas para aportar la prueba que pueda conseguir la condena de los genocidas. Como militantes consecuentes con su causa, estaremos presentes y acusaremos a los genocidas por el secuestro, tormentos y asesinato de Diego Guagnini y no descansaremos hasta que todos los genocidas sean condenados por todos los compañeros.