A las dos de la madrugada del pasado 30 de noviembre de 2012, Víctor Carlos Gómez -"Pitu", para familiares y amigos- un joven de 20 años, trabajador mercante embarcado y padre de familia (de una beba de 11 meses), conducía su moto entre las localidades de Quilmes y Berazategui. Fue asesinado por la "Bonaerense" en la intersección de las calles 109 y 7, al ser atropellado por un patrullero de la Distrital de Quilmes.

El móvil de la "Bonaerense" había comenzado un ‘seguimiento' de "Pitu", por indicaciones de la Comisaría 9ª de Quilmes, donde se había recibido -minutos antes- un llamado de un empleado de seguridad de la estación de servicio Esso (de Avenida Calchaquí y México), donde "Pitu" había adquirido un atado de cigarrillos. El empleado lo había considerado "sospechoso", de "portación de rostro" y juventud; y la "Bonaerense" llevó esa estigmatización al límite del crimen, en un claro caso de violencia institucional, rayano al gatillo fácil. Si bien, el teniente 1° Marcelo Gauna (legajo 138.339) y el oficial Andrés Villalba (legajo 180.161), quienes conducían el móvil de la Distrital (una Ford Ranger patente KZY 642), no dispararon sus armas reglamentarias, usaron como arma para matar, el vehículo que conducían, al cual convirtieron en un bólido a toda velocidad y que arroyó por detrás, con las luces y sirena reglamentarias apagadas y sin emitir voz de alto alguna, a "Pitu", atropellándolo salvajemente.

Fue tal el ensañamiento, que los testigos presenciales pudieron observar el maltrato y "verdugueo": ¡Ahora, Negro, no vas a correr más", mientras agonizaba en el asfalto, gravemente herido, le negaron asistencia médica inmediata, ya que la ambulancia terminó siendo solicitada por testigos y familiares que se presentaron en el lugar.

Conscientes de su proceder criminal, Gauna y Villaba se dedicaron a borrar pruebas y adulterar el escenario del crimen, para lo cual contaron con la complicidad de dos móviles de la Comisaría 1ª de Berazategui. Sin los peritajes y perimetrías que marca la ley, se dieron a la fuga.

Al cumplirse un mes del asesinato, conscientes que institución policial y Poder Judicial dan señales en un sentido de impunidad; los familiares, vecinos y amigos de "Pitu" protagonizaron una marcha el 30/12, desde el Cruce Varela a la Distrital de Quilmes, para reclamar la separación de Gauna y Villalba de la Fuerza, quienes continuaban desempeñando tareas administrativas -no ya servicio de calle- dentro de esa dependencia. La "institución" actúa encubriendo a los asesinos de Pitu, y otro tanto hace el Poder Judicial de Quilmes -viejo exculpador de todos los abusos y crímenes policiales- que caratuló el crimen como "averiguación de causal de muerte".

A lo largo de enero, los familiares, amigos y vecinos, dieron vida a una Comisión de trabajo por Justicia para "Pitu", que con volanteadas, afichadas, pintadas y agitaciones en el barrio, organizaron una nueva movilización este 30/1 a las puertas de la Distrital, logrando cierta repercusión en los medios de prensa locales. Para reclamar, no ya sólo la separación de la fuerza, sino la cárcel ya para Gauna y Villalba. Para lo cual entregaron un documento dirigido a los jefes de la dependencia, el jefe de la Bonaerense, el ministro Cassal y el gobernador Scioli, rechazando los "ablandes" sobre familiares y reclamando la cárcel ya; y orientando de hora en más, el reclamo al Poder Judicial de Quilmes, para que se los encarcele y procese en los términos dolosos que corresponden. Fue una masiva marcha de más de cien vecinos y familiares, que duplicó a la anterior, logrando que quede firme la separación de Gauna y Villalba. Pero, todos somos conscientes que hay que seguirla, y que la pelea va a ser dura, para que vayan a prisión los responsables materiales y los encubridores del hecho.

El Partido Obrero de Berazategui, con delegados de Tribuna Docente de Florencio Varela, acompañamos la movilización y estamos en una colaboración estrecha con la familia y la Comisión de Justicia, para que la lucha se abra paso al triunfo: ¡¡¡Justicia para Pitu y su familia!!!