La batalla política del 24 de Marzo

Diferentes medios, opositores u oficialistas, presentaron a las movilizaciones del 24 de Marzo como una conmemoración “plural”. Con esta versión de los hechos, disimularon el contenido y la intensidad de la batalla política que se libró por la jornada del 24.

Hace años que el 24 de Marzo es objeto de disputa. Lo novedoso de éste fue la acción férrea del bloque oficialista para copar la Plaza de Mayo y la fecha. Había tres marchas previstas: el festival oficialista; la marcha convocada por Madres Línea Fundadora y el sector De Gennaro de la CTA y, finalmente, la marcha de “Memoria, Verdad y Justicia”, sostenida por la Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos, diversos organismos de derechos humanos, la Fuba, sindicatos combativos y partidos de izquierda. En cierto momento, el gobierno rompió las tratativas para acceder en horarios distintos a la Plaza.

Adónde apuntó la provocación oficial

El “corralito” oficial, sin embargo, tuvo características selectivas. La movilización de la CTA y  Línea Fundadora no tuvo inconvenientes en usar como propio el megapalco oficial (este sector, hace algunos años, marchaba junto a “Memoria, Verdad y Justicia”); sólo pudieron hacer su acto con permiso de la patota kirchnerista. La patota accedió a ello a sabiendas que no se denunciaría al gobierno.

Muy diferente fue la actitud del kirchnerismo para con “Memoria, Verdad y Justicia”. Los grupos de seguridad de los aparatos oficiales aseguraron el palco y el propio perímetro de la plaza. Finalmente, y por su carácter masivo, la movilización impuso su entrada al perímetro de la Plaza. Las provocaciones de los guardias oficiales se disolvieron definitivamente cuando centenares de personas, que esperaban el inicio del festival artístico desde las escaleras de la Catedral, comenzaron a aplaudir el ingreso de los que denunciaban “la impunidad de ayer y de hoy”.

La prescindencia de Proyecto Sur

En la tarde-noche del 24, el podio de la ambigüedad política se lo ganó una cuarta marcha, la de Proyecto Sur. Unas 2.000 personas identificadas con el “interbloque” de centroizquierda marcharon atrás de las columnas de “Memoria, Verdad y Justicia”, pero sus dirigentes no se integraron a la cabecera de la marcha que le disputó la plaza al gobierno. Tampoco se empeñaron en ingresar al perímetro de la Plaza y sólo bordearon la calle Bolívar. Victoria Donda, diputada de Libres del Sur, explicó esa noche en la televisión el carácter de esa marcha: “No quisimos entrar en las disputas de las movilizaciones de la tarde”, señaló. O sea, en la lucha por impedir la usurpación del 24 de Marzo por parte del gobierno “del pago de la deuda”, Proyecto Sur se declaró prescindente.

Una lucha nacional

La jornada del 24 expuso, de cuerpo entero, a todas las tendencias que se expresan en la crisis política. Lo de Plaza Mayo no fue un incidente aislado, se reprodujo, con matices, a escala nacional. En Rosario y en Tucumán, el kirchnerismo “operó” para que las marchas de los organismos de derechos humanos omitieran toda crítica al gobierno. En ambas provincias, la izquierda acompañó el silenciamiento oficial, que sólo fue denunciado por el PO. En Santiago del Estero, una patota oficial se abalanzó sobre la marcha independiente, que rechazó la agresión y mantuvo el acto que venía desarrollando. Cuanto más avanza el gobierno en una orientación entreguista, más se empeña en cubrir su “flanco izquierdo” con patotas y regimentación.