La Coordinadora Secundaria fue la más numerosa y consecuente

El 19 de abril pasado, más de 3.000 manifestantes marcharon desde Congreso a Plaza de Mayo en el quinto aniversario del asesinato de Walter Bulacio.


Como en años anteriores, hubo una abrumadora mayoría estudiantil y también volvió a ser el escenario de una lucha política entre la mayoría de los secundarios, de un fado, y la democratizante Correpi (Coordinadora contra la represión policial) y algunos partidos de la izquierda democratizante, del otro. La presencia de un 80% de estudiantes, la mayoría con la Coordinadora Secundaria, desnudó el fracaso de los democratizantes y su descomunal raquitismo organizativo.


El 19 de abril es para los secundarios, una jomada de lucha contra la represión policial y contra el ‘gatillo fácil’, que se va tomando cada vez más nacional. Este acto, en la ciudad de Rosario, los secúndanos también marcharon por el aniversario de Wálter, para reclamar Juicio y Castigo.


Pero contra la tradición de esta jomada, la Correpi y sus acompañantes pretendieron por todos los medios apropiarse de la marcha, es decir, confiscarle él sentido político que tiene para la Coordinadora Secundaria, de lucha contra el aparato represivo y de su Estado, así como de independencia política del movimiento estudiantil. La consigna de la Correpi (por “Walter, por Choque… y por todos”) hacía abstracción del aparato represivo y pretendía sustituir la lucha contra el Estado por la ‘memoria ’de sus víctimas. La Coordinadora Secundaria tenía, en cambio, como consigna, “juicio, castigo y perpetua a los responsables”.


El papel de la Coordinadora


Defendiendo el carácter estudiantil independiente de la marcha y su consigna, la Coordinadora de Estudiantes Secundarios de Capital y el Gran Buenos Aires se opuso a que le fuese expropiada la dirección de la marcha. Para participar activamente en ella realizó un plenario con más de 50 colegios de Capital y el Gran Buenos Aires, donde se invitó a participar a los abogados de la Correpi, pero éstos impugnaron la ‘perpetua para los ‘gatillo fácil’, con el argumento que para ello “había que reformar el Código Penal” (sic). El plenario de la Coordinadora refutó que el reclamo de ‘perpetua’ era unánime en los jóvenes en Dock Sud y en Budge; que era el reclamo de las movilizaciones por Cristian Campos de Mar del Plata, y del mismo Walter.


El transcurso de la marcha puso de manifiesto el acierto de la Coordinadora Secundaria, porque decenas de colegios se encolumnaron detrás de la gran bandera que reclamaba “perpetua a los asesinos” y dé las restantes consignas por Wálter Bulacio, que responde a la tradición de lucha dé los secundarios. El 19 de abril ya pasó a ser, como el 1$ de setiembre, una jomada nacional de lucha estudiantil.


La marcha mostró que crece el número de colegios del Gran Buenos Aires que se integran a la Coordinadora y la división entre los colegios que no se agrupan con ella. La lucha contra los cierres de cursos en decenas de colegios de Capital y Gran Buenos Aires es una nueva oportunidad que lleva a los colegios a integrarse a la Coordinadora, para poder participar de esta gran lucha.


El Mas y el Mst reflejaron una brutal pérdida de rumbo y de militantes y mucho espíritu divisionista, pues sus estudiantes no se sumaron a la Coordinadora ni a nadie, pero sí a la Correpi  en las consignas. El Mst participó en la marcha con el ´eje´ de hostigar a los secundarios de la Coordinadora desde su inicio mismo.


La marcha, además de la lucha política, puso de manifiesto que es válido defender consignas políticas que elevan la calidad de la intervención de esta formidable vanguardia estudiantil qué se esta gestando en la Coordinadora.