La fenomenal lucha de los pueblos originarios

Lucas

Las comunidades del oeste formoseño, con epicentro en el departamento Ramón Lista, llevan a cabo cortes de ruta en el acceso al yacimiento petrolífero de Palmar Largo, Divisadero, Laguna Yema, Fraga y otras comunidades desde hace más de mes y medio. Están luchando por agua, luz, salud, justicia y tierras, ante la indiferencia del gobernador K, Gildo Insfrán.


La lucha Wichí desnuda las carencias de los pueblos del interior provincial que no pueden acceder a los servicios mínimos para la subsistencia. Según los propios manifestantes, ascenderían a más de 80 los muertos en las comunidades por falta de acceso al servicio sanitario. Las poblaciones no cuentan con ambulancias para el traslado de los enfermos. En la región, carecen de hospitales equipados y de profesionales, que sólo se hacen presentes por temporadas.


La lucha, que comenzó en el pueblo El Chorro, se extendió a todo el oeste provincial, difamada por los medios oficialistas. El Estado provincial y el nacional brillan por su ausencia, pero no así sus fuerzas represivas: más de 500 efectivos de la policía provincial han sido movilizados y otros tantos de Gendarmería, para defender los intereses de los empresarios petroleros y de los terratenientes.


El problema de la tierra


Una vez más, como en el caso Qom, las comunidades se ven afectadas directamente por la expansión de la frontera sojera; se desvían los canales y cursos de agua dulce para llevarlos a los campos de los grandes terratenientes, lo cual, en una zona semiárida, es un problema mayúsculo -se deja a la gran mayoría poblacional sin acceso al agua.


Por otro lado, la explotación del petróleo por parte de Pluspetrol y Gran Terra Energy extrae las riquezas del territorio Wichí sin dejarles absolutamente nada, ni luz, ni agua… sólo enfermedades.


Desde el inicio de este conflicto, los gobiernos nacional y provincial miraron para otro lado. Después de haber ninguneado los reclamos, acusan a los Wichí de terroristas.


Una perspectiva provincial


En Formosa, hay un clima de rebelión que se agudiza según la crisis económica golpea con fuerza a los trabajadores y campesinos. La lucha de los Qom y los Wichí han profundizado la crisis del gobierno provincial y han suscitado un apoyo en la juventud de la capital provincial. La sorpresa fue mayúscula para el gobierno de Insfrán: hace poco menos de un mes, músicos y bandas subían al escenario de un festival de rock organizado por el Estado pidiendo justicia por los Qom, los Wichí y por Mariano Ferreyra. La juventud de Formosa muestra su descontento ante el ataque que sufren las comunidades del interior, mientras el gobierno nacional y provincial preparan la represión.


Ante este cuadro, el Partido Obrero exige: el inmediato retiro de las fuerzas represivas y la desmilitarización del territorio Wichí por parte de los gobiernos, la urgente tarea de poner en marcha un sistema sanitario que contemple las necesidades del centro-oeste formoseño, ambulancias, hospitales, equipos, medicamentes y profesionales de la salud, la conexión a las comunidades del tendido eléctrico y el agua, inmediata restitución de las tierras a los Wichí.


Además, avanzamos en la idea de la conformación de un congreso provincial de trabajadores en Formosa (junto a sindicatos y gremios combativos) que apoye a las comunidades hasta que estas conquisten sus propias reivindicaciones.