La lucha contra la impunidad, más vigente que nunca

Fracasa intento de copamiento oficialista-opositor

El martes 31 de agosto se cumplió un año de la desaparición de Betty Argañaraz, la maestra que desapareció camino a su trabajo. En los días previos al aniversario hubo una profusa publicidad para que la marcha fuera sin banderas políticas, y hasta hubo palabras de agradecimiento al gobierno de parte de familiares de Argañaraz (a pesar de que el gobierno ha suspendido la búsqueda de la maestra desaparecida). Sectores vinculados al ARI, a la Democracia Cristiana, al Frente por la Dignidad, y un sector de la Iglesia procuraron darle vuelo a la formación de una comisión contra la impunidad.


En horas previas a la marcha, la Comisión de Familiares, que existe desde el año pasado y organiza marchas todos los martes, realizó una reunión plenaria en la que se denunció la maniobra del gobierno y de la “oposición” cómplice. El movimiento ya ha sufrido intentos de copamiento, como cuando concurrió Blumberg, o cuando sectores juristas pretendieron adueñarse del movimiento.


En ese marco, la Comisión de Familiares con el apoyo de una fuerte columna del Partido Obrero (que reunía a la mitad de los 500 manifestantes), puso las cosas en su lugar. Significativamente, la “nueva izquierda”, o los parajonistas estuvieron ausentes. En el acto, el discurso de Lebbos, de altísimo voltaje político, denunció al Estado, a sus fuerzas represivas, reivindicó a los que construyeron el movimiento y llamó a votar por los que desde el primer día se movilizan contra la impunidad. La maniobra del gobierno y de los ”truchos” fue derrotada.

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