La reivindicación de la dictadura en una escuela, a tono con el macrismo

Hoy se movilizó la comunidad educativa de la escuela de La Boca, en repudio a la proyección de un video pro-genocidas en un acto institucional. El hecho sigue la línea promovida por Macri y sus funcionarios.

@tomaseps


Este mediodía tuvo lugar un abrazo a la escuela N° 8 "Carlos Della Penna", del barrio porteño de La Boca, organizado por la comunidad educativa de la escuela en repudio a la proyección de un video ayer durante el acto escolar referente al 24 de marzo, en el que se reivindica la labor de los genocidas durante la última dictadura militar. Por el hecho han sido separadas de sus cargos docentes de sexto grado, algo reclamado por las madres y padres movilizados, y la directora de la institución.


 


El video pondera a los militares como héroes y presenta como una gesta heroica el "aniquilamiento" por parte de "las fuerzas de seguridad" de "quienes sembraron el terrorismo y el miedo en nuestra querida Argentina", repitiendo la línea de negación del genocidio esgrimida por los personeros del partido de gobierno, desde Macri para abajo (Gómez Centurión, Lopérfido, Avruj…), y de los editorialistas de La Nación, que fuera repudiada por centenares de miles de personas en la reciente movilización del 24 de marzo.


 


La proyección de un material de estas características en una escuela se ve alentada por la tesitura del secretario de Derechos Humanos, Claudio Avruj, quien anunció que se comenzarán a "revisar los contenidos educativos de la historia de esta Argentina reciente" contra lo que sería "un congelado ideológico de la memoria" (La Nación, 24/3). Se trata de una tentativa dirigida contra décadas de movilización popular por juicio y castigo a los genocidas: la "revisión" histórica busca allanar el camino para la impunidad de los mismos, en línea con la pretensión del gobierno de reincorporar a las fuerzas armadas en tareas de represión interna.


 


Perfecto ejemplar ilustrado de la teoría de los dos demonios, el video fundamenta el accionar de los militares como una respuesta necesaria a los "atentados terroristas", como si fuese posible equiparar la acción de las organizaciones guerrilleras –para el '76, por lo demás, en un avanzado estado de disolución y diezmadas por la represión del gobierno peronista y la triple A- con la utilización genocida del aparato represivo del Estado. Repite así un mentidero común entre los negacionistas, que busca ocultar el objetivo estratégico del golpe: el exterminio de la vanguardia del movimiento obrero, en ascenso desde el Cordobazo del '69, promovido por el empresariado y el imperialismo.


 


La pieza animada se lamenta de que "los que defendieron a tu país en esa época" se encuentren presos "por el gran negocio de los Kirchner", en línea con la foto publicada días atrás en la que diputados de Cambiemos esgrimían "Nunca más a los negocios con los derechos humanos". Para defender la impunidad, se montan sobre el descrédito de referentes del movimiento de Derechos Humanos, producido por la cooptación estatal –que tuvo una expresión brutal con el escándalo de Sueños Compartidos. Pero encubren lo fundamental: que luego de más de diez años de juicios han sido condenados solo 737 genocidas, una escasa fracción de los represores actuantes en más de 600 centros clandestinos de detención. Ni hablar de los empresarios que alentaron el golpe. Estos números fueron expuestos en el acto del 24 del Encuentro Memoria, Verdad y Justicia, que marchó contra el 'negacionismo' macrista y de manera independiente de quienes promovieron a Milani.