La sentencia desmiente el “aporte K” a la causa de Mariano

Apel

Los intentos kirchneristas de apoderarse del esclarecimiento de la causa de Mariano Ferreyra fueron muchos.


Su primera acción fue difamar a los compañeros de Mariano, afirmando que se negaban a colaborar con la investigación. Atacaban a los compañeros de Mariano para disimular el rol de la policía, la burocracia, la patronal y la Secretaría de Transporte. Durante el juicio, cada vez que se refirió al tema, CFK atribuyó a Néstor Kirchner el aporte, a través del intendente de Quilmes, del testigo "clave".


El nombre de este testigo es Alejandro Benítez. Boxeador, guarda de trenes de la Línea Roca, integrante de la patota agresora de la Unión Ferroviaria, aparece en las filmaciones de C5N de chomba blanca y celeste, corriendo en primera fila.


Durante el juicio, Germán Aguirre, un miembro de la Verde disidente, testigo aportado por esta querella (fruto de la investigación llevada adelante por Diego Rojas), reveló que Benítez era un protegido directo de Antonio Luna, el subsecretario de Transporte, quien pidió y logró que fuese ascendido a guarda. El tribunal, al dictar la sentencia, no sólo relativizó el aporte de Benítez a la causa, sino que lo consideró uno de los partícipes del crimen y ordenó una investigación para establecer su responsabilidad.


Toma para ello la declaración de un testigo presencial, vecino del lugar. "Benítez -dijo- debía ser uno de los capos, porque le decía al que tenía el cuello (González) ‘vámonos, vámonos’. Lo vio transitar por la vereda del lado de la Chevallier. Lo vio guardando algo, posiblemente un arma, le pareció por el gesto (el testigo gesticuló en la audiencia imitando el acto)". El tribunal concluye: "La propia figura de Benítez, armado en el lugar del hecho, actuando como uno de los 'capos', corriendo junto a los tiradores, y dándole indicaciones a González sobre cuándo retirarse del lugar, es un elemento de cargo de mucho mayor peso que sus afirmaciones como testigo."


El tribunal reconoce, también, que los compañeros de Mariano, tanto los que pertenecían a su partido como los de las otras organizaciones presentes, como los compañeros del MTR y del Sitraic, ofrecieron testimonios fundamentales en este juicio.


La querella que representó a los compañeros del Partido Obrero superó la prueba presentada por el Estado, con la presentación en el juicio -con el aporte del periodista Diego Rojas- de testigos ferroviarios ('Dinamita' Pérez, Germán Aguirre) que no estaban ligados a nuestro partido y que fueron determinantes en las actuaciones.


En contrapartida, el aporte K se redujo a un testigo que fue parte del crimen. El mismo Gabriel Favale planteó que Benítez "se presentó como testigo y se ve que fue una estrategia que le sirvió para liberarse de la responsabilidad que tuvo en el crimen". No es menor que su abogada defensora sostuviera, en el alegato, que la Unión Ferroviaria había buscado atribuirle toda la responsabilidad a su cliente por su carácter de no ferroviario.


La declaración del testigo arrepentido tenía una función desde el principio: entregar al "perejil" y despegar a Pedraza y sus secuaces.


Si esto no resultó posible fue, entre otras cosas, por la claridad que tuvo la organización de Mariano Ferreyra sobre quiénes eran los responsables de su muerte y su lucha consecuente por llevarlos a la cárcel.