Mientras se encontraba prófugo, Cristian Favale se comunicó con Catriel, el hijo de Pablo Díaz, para reclamarle que “no lo dejen en banda”. Catriel -que estuvo en las vías del Roca el día del crimen de Mariano junto a su padre- le indica que se comunique con Mario Giusti -integrante de la comisión de reclamos del Roca, que encabezaba Pablo Díaz-, quien había sido designado para asistirlo. En este diálogo, Giusti instruye a Favale acerca de lo que debe declarar ante la Justicia y le garantiza apoyo. Esta conversación da por tierra con la versión acerca de la presencia “espontánea” de Favale en Barracas el 20 de octubre de 2010.

Giusti: Porque no vas a quedar tirado, quedate tranquilo. Pero tampoco te tenés que hacer cargo de algo que seguramente no fuiste, boludo, es así, olvidate, es así. El tema es, a ver cómo te la puedo tirar, a ver… Eh… Vos viniste a… a… una… a una… Nos viniste a apoyar porque estás por entrar o porque estabas por entrar, me entendés, nada más que por eso…

Favale: Por eso, sí, sí, eso sólo, nada más. Fue todo lo que dije. Yo fui porque ya tengo los papeles, me llamaron dos veces para esto, para lo otro, y yo no sé nada. A mí me invitaron para ir a cuidar a la gente del laburo y eso sólo y listo.

Giusti: Listo, ya está. Ya está, eh… (…)

Favale: No, por eso Mario, yo no vi nada. Vos que vos yo vi, pero no vi, no sé quién fue… Yo escuché los tiros del otro lado y me tomé el palo, no sé nada, no vi nada, yo fui porque ya estaba a punto de entrar al ferrocarril y listo. Eso sólo y me planto ahí. Yo no fui, yo no fui, yo no fui…

Giusti: Listo, listo. Vos sabés cómo tenés que manejarte y el abogado te va a saber guiar.