Libertad a César Abel Matoso

Señor Juez:


César Abel Matoso, preso político, alojado en la Comisaría 1ª de Lanús.


Me presento y digo:


1. Vengo a informar que he decidido terminar con mi alojamiento en la celda solitaria donde usted me ha encerrado, desde el día 9 de marzo de 2001, como si fuera un perro. Tampoco voy a aceptar ser trasladado a una Unidad Penal. Haga usted lo que quiera, pero desde el día 23 de abril de 2001 iniciaré una huelga de hambre que lo pondrá a usted frente a dos alternativas: o trasladarme bajo arresto domiciliario o trasladarme en un cajón al crematorio. Usted es el juez, usted tiene todo el poder del Estado. De hecho ha demostrado que tiene el poder de dejar en prisión por cuarenta días a una persona inocente. Haga, pues, lo que quiera. Pero yo conservo mi libertad de decidir seguir viviendo en la cárcel, o no.


2. Reitero que he sido víctima de una persecución política. Que en octubre de 2000 fui amenazado con que sería puesto en prisión si no cesaba con mis actividades en defensa de la gente más humilde. Que en marzo de 2001 seguí adelante y el propio secretario de Gobierno de Lomas de Zamora, López Rey (alias López Rega), me extorsionó exigiéndome que parara “de romperle las pelotas” (sic).


3. Reitero que el día 7 de marzo de 2001 me encontraba presente en el Asentamiento Nueva Esperanza, que tenía orden de desalojo por denuncia del intendente interino de Lomas de Zamora, el doctor Ciro Anicchiaricco. Que ese día la Secretaría de Salud del Municipio de Lomas de Zamora envió un camión con 40 kilos de raciones para 6.000 indigentes. Que el camión esperó el momento oportuno para aparecer, y generar caos, después de esperar dos horas en la ruta.


4. Que el saqueo del camión por parte de gente famélica que comió la comida en una Olla Popular fue una operatoria de inteligencia previamente orquestada. Que el doctor Ciro Anicchiaricco integra el Foro Público contra la corrupción, junto con el doctor Van Schilt, juez de Lomas de Zamora, al que pedí su destitución por recibir millones de dólares en subsidios a través del Club Los Andes, para no poner en prisión al ex intendente Bruno Tavano, a quien denuncié ante el mismo doctor Van Schilt. Que esto demuestra la existencia de organizaciones que interconectan a políticos con jueces, para decidir qué causas avanzan y cuáles no. Que el doctor Ciro Anicchiaricco fue socio y responde al doctor Zimmermann, dirigente del Partido Comunista que garantizó mi aislamiento, a través de acciones de boicot sistemáticas de sus militantes entre la gente que quería salir en mi defensa, dado que denuncié un pacto espurio entre el PC y Ruckauf para desalojar siete Asentamientos con más de cinco mil familias sobre ellos. Que dije que mi detención tenía la intencionalidad política de favorecer estos desalojos.


5. Señor Juez: Usted ha puesto mi cuerpo en prisión. Pero no tiene ni tendrá jamas mi alma. Le aseguro que en quince días salgo de esta celda. O usted me traslada a mi casa con arresto domiciliario o me traslada muerto al cementerio, al fin de una huelga de hambre.


Haga lo que quiera. El día 23 de abril de 2001 inicio una huelga de hambre hasta el final.