Libres… con orden de captura pendiente

La decisión de la Cámara Federal de Apelaciones de Salta de liberar a los compañeros presos es un paso atrás de la Justicia, oficial, sí, pero absolutamente medido y condicionado. Apenas una tregua. Barraza, Raineri y Gil han quedado en condición de libertad vigilada, una suerte de rehenes sociales.


El fallo original del juez federal Abel Cornejo disponía el procesamiento por “sedición” y corte de ruta de los piqueteros del norte de Salta. La Cámara Federal excluye ahora el cargo de sedición pero sólo por una cuestión formal, porque “nuestro sistema ha establecido que en los casos de rebelión o sedición la autoridad nacional más próxima debe intimar hasta dos veces a los sublevados (sic) para que inmediatamente se disuelvan o retiren”, y esta doble advertencia no se cumplió.


Para la Cámara Federal, “la valoración de los hechos pone en evidencia sus características sumamente graves, no sólo apreciándolas en sí mismas, sino también por sus connotaciones (porque) fueron generadores de situaciones de caos en la región, desencadenando ilícitos de diversa índole y multiplicidad de perjuicios, lo que se demuestra con la gran cantidad de armamento secuestrado de la más diversa envergadura ofensiva (armas de fuego, lanzas, etc.). Esto impone ahondar la investigación en torno a una posible asociación de las previstas en el artículo 210 del Código Penal” (asociación ilícita).


Los liberados pueden ir presos en cualquier momento. El testimonio arrancado a uno de los detenidos en Pocitos denuncia a José Barraza, “Pepino” Fernández y “Piquete” Ruiz como instigadores y organizadores de los cortes en el norte de Salta, abonando la figura de “asociación ilícita”. Hay siete nuevas órdenes de captura en el Departamento San Martín, relacionadas con la investigación de los supuestos francotiradores. La cantidad de agentes volcados a tareas de inteligencia en el norte de Salta supera tranquilamente la cantidad de beneficiarios de los planes Trabajar.


La libertad de Barraza, Raineri y Gil es una victoria arrancada por la lucha piquetera. Sí. Pero han quedado como rehenes.


Libertad y desprocesamiento a los luchadores, más que nunca.