Los defensores de Pedraza venden humo

Los defensores de Pedraza y su patota han lanzado una campaña mediática para sembrar confusión acerca de las pruebas irrefutables de los crímenes perpetrados por sus representados, según quedaron probados en la instrucción del juicio. Pretenden instalar la tesis de que "no hubo intención de matar" y de que, al menos, una de las heridas que sufrió Nelson fue producto de "fuego amigo", alegando un supuesto rebote de dos de los varios proyectiles que dispararon los agresores.


La cantidad de heridos, impactos y testimonios revelan en forma contundente la intencionalidad del ataque criminal, además de la indudable participación de más de un tirador. Una pericia de la Gendarmería Nacional estableció, sin lugar a dudas, que los disparos provinieron exclusivamente del lado de la patota.


Las dos pericias realizadas sobre la bala que mató a Mariano arrojaron resultados disímiles. La tercera, que debía conducir a una conclusión definitiva, fue arruinada por un "perito", Roberto Locles, que las defensas introdujeron justamente con el fin de entorpecer el resultado (Locles terminó procesado por ese motivo). De todos modos, cualquiera haya sido el recorrido del proyectil, en nada altera la imputación, toda vez que se encuentra establecido que la bala que impactó en forma directa en la cabeza de Elsa Rodríguez partió de la misma arma calibre 38 que mató a Mariano.


Por otra parte, Nelson Aguirre recibió dos disparos. El primero en su muslo derecho, cuando se encontraba de frente a los agresores. A pesar de no encontrarse el proyectil, se atribuye la herida a un calibre importante, probablemente una 38. Como consta en la causa, al darse vuelta recibió otro disparo. Ese proyectil quedó alojado debajo de su rodilla. A la luz de los últimos peritajes, correspondería a una posta de escopeta, lo cual no tiene nada de sorprendente ya que en la instrucción constan testimonios de quienes manifestaron haber visto un tirador con escopeta recortada entre los agresores. Esto fue reflejado por nuestro compañero Lisandro Martínez -presente en el lugar de los hechos- en un artículo redactado pocas horas después de los sucesos (ver PO 1151, 21/10/10). La pericia en cuestión no hace más que confirmar la presencia de al menos un tercer tirador. El cuarto herido, Ariel Pinto, recibió el roce de un proyectil compatible con un calibre 22. Finalmente, entre los miembros de la patota, el testimonio de un "arrepentido" da cuenta de "una mochila llena de armas".


En el lugar de los hechos se encontraron sólo un proyectil de calibre 38 y dos casquillos de 22. Si no se hallaron más elementos de prueba, eso debe ser atribuido a la Policía Federal, que actuó como grupo de apoyo y como encubridora de la patota asesina. En definitiva, los resultados de la instrucción son lapidarios contra Pedraza y sus matones. La burocracia sindical convocó con anticipación a los barrabravas armados y ordenó a los 'delegados' verdes que convocaran a un grupo de trabajadores ferroviarios con la finalidad de "escarmentar" a los tercerizados. Los empresarios de Ugofe, por su parte, otorgaron los permisos gremiales para que esos trabajadores de los Talleres de Remedio de Escalada dieran volumen a su fuerza de choque.


¿Qué persiguen los defensores de Pedraza? Brindar argumentos "jurídicos" al tribunal mientras negocian con el gobierno su impunidad. 'La Verde' ha publicado un nuevo afiche en el que saluda la ´política ferroviaria´ del kirchnerismo, en la línea de los elogios al gobierno "nacional y popular" que prodigaron en el congreso gremial de junio y Pedraza en su reciente ´carta abierta´. Pedraza pretende obtener del gobierno un compromiso. Por lo pronto, todos sus personeros siguen firmes en la Secretaría de Transporte -incluido Ángel Stafforini, vicepresidente del Belgrano Cargas y contador de la UF, quien se encuentra próximo a ser procesado, acusado de reunir los fondos destinados a sobornar a los jueces de la Cámara de Casación por expresa indicación de José Pedraza.