Milani en el banquillo

El viernes 03/05 comenzó el juicio por crímenes de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura cívica militar en la provincia de La Rioja, y que tiene al ex jefe del Ejército y de la inteligencia militar de Cristina Fernández de Kirchner, Cesar Milani en el banquillo de los acusados por los secuestros y torturas a Pedro Olivera y a su hijo, Alfredo.


Se trata de una causa en perjuicio de catorce victimas que fueron secuestradas, torturadas y  llevadas al IRS (Instituto de Rehabilitación Social), uno de los centros clandestinos de detención que funcionó en la ciudad de la Rioja en plena dictadura. Los  imputados fueron parte del aparato represivo desarrollado en la provincia para llevar adelante el terrorismo de Estado e implicó el accionar conjunto de la Policía provincial, de Policía Federal Argentina y la Gendarmería Nacional bajo control operacional del Ejercito a través de la jefatura del Batallón de Ingenieros Constructores 141 con asiento en la ciudad de La Rioja, batallón al que pertenecía Cesar Milani. Entre los imputados se encuentran además dos civiles, el médico Carlos Rodríguez Alcántara que actuaba en el Escuadrón de “Chilecito” y  ex juez federal de La Rioja,  Roberto Catalán.


El desarrollo del juicio, que fue suspendido en varias oportunidades, adquiere una importancia central, ya que logró, a fuerza de lucha y movilización independiente, sortear todos los operativos políticos y mediáticos realizados por gobierno de CFK para que las dos causas que involucran a su ex jefe del Ejército no sean elevadas a juicio oral. El operativo para garantizar la impunidad de Cesar Milani no se privó de nada: desde fotos de Hebe de Bonafini abrazada a Milani (sumada a la carta de la misma autora que leyó en la audiencia), a hacer lobby en Comodoro Py y llegando hasta a desacreditar los valiosos testimonios de las víctimas que lo imputan, acusándolos de falso testimonio.


Por otro lado, desde el actual Gobierno Nacional “aprovecharon” el inicio del juicio para mostrarse garantes del juzgamiento. Una impostura absoluta por parte de quienes quisieron imponer la amnistía del 2×1 a todos los genocidas, quienes promulgan el negacionismo y la “reconciliación” con los genocidas, y avalan la política de la prisión domiciliaria, o la libertad por vencimiento de prisión preventiva.  


La declaración de Cesar Milani en la última audiencia del 17/05 muestra el cinismo propio de la estructura militar que operó en la dictadura; por un lado negó los hechos, y al mismo tiempo se intentó colocar bajo el amparo de la obediencia debida, alegando no saber lo que sucedía en el cuartel donde era oficial. Con este recurso utilizado por otros imputados con el objetivo de salvaguardar su responsabilidad, Milani no dudó en responsabilizar a sus superiores y refugiarse en su corta edad: (¿Pensaran lo mismo de Alfredo Astiz, quien era dos años y medio mayor que Milani?) "Nadie puede negar que los jefes del Ejército, de cuerpos y de áreas no supieran lo que pasaba porque ellos lo ordenaban, pero nosotros, que éramos subalternos, somos tan víctimas como Olivera". En medio de provocaciones hacia la familia de la víctima en la audiencia, Milani puso en duda el testimonio de Ramón Olivera. "Después de 35 años se acuerda de todo", insistió frente a los jueces del tribunal, insinuando además que recibió dinero de la “corpo” para calumniarlo. Milani intenta negar que la denuncia de la familia Olivera en la Comisión Provincial de Derechos Humanos de la Rioja fue realizada en el año 1984. En dicha declaración, Pedro Olivera (caso en el presente juicio y fallecido) describe detalladamente el allanamiento realizado en su casa, en presencia de sus hijos menores  y menciona que quien se lo llevó fue "el teniente Milani".


En la audiencia realizada en La Rioja, también se encontraban presentes la madre y la hermana del soldado Alberto Agapito Ledo, desaparecido en Tucumán en 1976, en un hecho por el que también se encuentra  imputado Milani y  deberá enfrentar un segundo juicio oral y público, cuyo inicio está previsto para el 12 de septiembre próximo en Tucumán. Frente a las provocaciones de Cesar Milani, la madre y la hermana de Ledo reaccionaron indignadas mientras el Tribunal dejó pasar los insultos contra los familiares y permitió que se continuara con sus provocaciones, llegando incluso a sacar a la madre del soldado desaparecido de la sala con la fuerza pública.


Que Milani esté en el banquillo de los acusados tras cuatro décadas de impunidad es producto de la incansable lucha de los sobrevivientes, familiares y organismos de derechos humanos independientes del Estado. Fue la tenacidad de los familiares, y de un creciente y masivo reclamo, junto con la aparición de evidencias que dejaban sin respuesta a las coartadas de Milani, las que llevaron a que finalmente se lo procesará e imputará.  


La lucha por el juicio y castigo a todos los genocidas de los 30.000 compañeros detenidos-desaparecidos debe continuar por el camino de la independencia política del Estado, los gobiernos y las patronales. Con los mismos métodos de movilización independiente se debe asegurar que se dicte la máxima condena a cumplir en cárcel común para Milani y todos de los genocidas. La lucha por verdad y justicia, contra los genocidas y todos sus cómplices y partícipes, continúa. Contra la reconciliación, el negacionismo y la impunidad. Son 30.000. Fue genocidio. Perpetua para Milani.