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El 28 de marzo se inició en Neuquén el segundo tramo del juicio a los genocidas del Alto Valle.

Este proceso es un logro de los organismos de derechos humanos y de los trabajadores y trabajadoras, quienes vienen luchando desde hace décadas por el juicio y castigo.

Se intenta juzgar a 24 imputados, ocho de los cuales ya fueron condenados en el primer tramo, que tuvo lugar en el año 2008. En esta etapa están imputados los mandos del Ejército, personal civil de inteligencia y miembros de la Policía Federal y de las policías provinciales de Río Negro y Neuquén, las que actuaron en connivencia por encontrarse bajo el control operacional del Ejército.

Son casi 40 las víctimas que sufrieron la dictadura en carne propia, algunas ya murieron sin ver a sus torturadores condenados, de la misma forma que muchos genocidas han muerto impunes.

En este juicio se trata de condenar a los represores con las armas que nos brinda el derecho burgués. Se sabe que no alcanza y que la verdadera condena se realiza en las calles. Neuquén grita hoy: “¡cárcel común y perpetua para los genocidas!”