“Nos movilizamos a la Plaza de Mayo”

Viernes 4 de diciembre, 18 hs.

Entrevistamos a Rubén Carballo (padre)

Vamos a la Plaza de Mayo con la gente de Cromañón, con los padres, con los chicos, con todos los que quieran ir, porque esto así no puede seguir. La Presidenta habla de derechos humanos y habla de la represión, pero la policía que maneja su jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, asesina pibes en la calle”.

Mientras Rubén Carballo (padre) habla con Prensa Obrera en nuestra redacción, su hijo permanece en coma, masacrado a golpes por la Federal en la noche del 14 de noviembre, cuando “Viejas Locas” dio un recital en el estadio de Vélez.

“Esperábamos siquiera un gesto, que por lo menos pasaran a disponibilidad a los represores identificados de aquella noche hasta que se investigara lo que pasó, pero nada… Insisto, esto no puede seguir: a los pibes, si no los matan los delincuentes los mata la policía. Si esto no para, vamos a un estallido social. Van a terminar como De la Rúa”.

– ¿Hay nuevas evidencias de la represión?

– Sí, tuvimos acceso a filmaciones que todavía no se habían visto. A una de ellas la difundió Canal 2 días pasados, en la que se ve la brutalidad de la represión. Sabemos que mi hijo aparece en dos secuencias de una filmación de Crónica TV, que no las pasa porque ese canal trabaja con la policía. Además, en la fiscalía del doctor Eduardo Cubría, que lleva el caso, hay otras 36 denuncias por la represión de esa noche.

– ¿Qué le contaron los amigos de Rubén, los que fueron con él al recital?

– Eran cinco chicos. Cuando empezó la represión, Rubén les dijo “mantengámonos juntos, abracémonos”. Se quedaron así, contra las rejas que dan al barrio Kennedy. Cuando el hidrante empezó a tirar el agua azul, les dijo “corramos, vamos todos de la mano, no se suelten”. Pero él quedó último. La chica que iba con ellos se soltó de la mano de Rubén, se les resbaló por ese líquido que les tiraron, que los había empapado. Ahí lo perdieron.

– ¿Con qué policías habló usted?

– Con el subcomisario de la 44ª. Él me dio esa versión, inventada por ellos, de que mi hijo se cayó del puente. Además, el comisario de esa seccional estuvo antes en La Boca y tiene un prontuario enorme. Tenía arreglos con la Doce y hasta está sospechado de secuestro (N. de la R.: el titular de la 44ª es el comisario Eduardo Meta. Fue separado de la 24ª, en La Boca, cuando un barrabrava lo denunció por coimero; además, está investigado por haber participado en incidentes entre la barra de Boca y la de Colón cuando estaba de servicio; la 44ª, a un mes de asumir Meta, fue allanada por un caso de secuestros extorsivos cometidos por policías que trabajaban allí). ¿Cómo puede ese tipo estar a cargo de una comisaría?

– ¿Cuándo se convenció usted de que era mentira la versión policial?

– Cuando vimos a Rubén con mi hermano, que es suboficial del Ejército. Primero, el chico estaba todo azul por el líquido del hidrante. Tenía marcas de balazos de goma en el pecho y hematomas en el brazo izquierdo, por golpes que le dieron con esos bastones que usa la infantería. Y una herida importante en una pierna, con mucha sangre seca. Cuando vio esa herida, mi hermano me dijo: “Esto se lo hicieron con patadas, son marcas de borceguíes como los que usamos nosotros y como los de la policía”.

El hombre parece agobiado en su ropa oscura, pero no: “Yo no voy a parar hasta que estén todos presos –dice. Por eso vamos a movilizarnos a la Plaza de Mayo. O vamos a un estallido…”.