Plaza de Mayo: reclamo por aparición con vida y para que se vaya Bullrich


Una multitud, semejante a la que repudió en mayo el fallo del 2×1 favorable a los represores de la dictadura, copó Plaza de Mayo en reclamo de la aparición con vida de Santiago Maldonado al cumplirse exactamente un mes de su desaparición.


 


Sergio, su hermano, reclamó la renuncia de la ministra de seguridad Patricia Bullrich, lo que fue correspondido por una manifestación que también insultó a la funcionaria. Lo mismo que él, Andrea Antico indicó el carácter solidario que llevó a su cuñado hasta la comunidad Lof Cushamen, donde fue desaparecido por fuerzas de Gendarmería, y criticó severamente al juez y fiscal de la causa, así como a los funcionarios del gobierno, por no querer investigar a esa fuerza. 


 



 


“Lo único que hicieron fue cuestionar a Santiago y a su familia”, sentenció su hermano. La Gendarmería fue repudiada por los presentes al grito de "asesinos".


 


La concentración se replicó en las principales ciudades del interior del país, en tanto que en la localidad bonaerense de 25 de Mayo (de donde es oriundo Santiago) se desarrolló una manifestación encabezada por sus familiares en el día de ayer.


 


En un sector de la Plaza se ubicó el Encuentro Memoria, Verdad y Justicia, donde confluyeron las columnas de las organizaciones políticas y de Derechos Humanos que conservan una independencia política del kirchnerismo.


 


Luego de las palabras de sus familiares, se desarrolló en la Plaza un festival con la participación de importantes bandas, como Salta la Banca y Pez.


 



 


“Esta es la respuesta que tenía que dar el pueblo”, analizó el legislador porteño del Frente de Izquierda, Marcelo Ramal, quien criticó el hostigamiento del gobierno con las organizaciones solidarias con la lucha por la aparición con vida. En esa línea inscribió las detenciones y los once allanamientos contra locales partidarios en Córdoba, pocos días después de una manifestación contra el gatillo fácil policial.


 



 


Maldonado fue desaparecido tras la represión de la Gendarmería contra la comunidad mapuche de Lof Cushamen, en Chubut, donde se encontraba solidariamente. El gobierno argentino, lo mismo que el chileno, reprime a las comunidades originarias como parte de una política que busca preservar los intereses de grandes terratenientes (como Benetton, que posee un millón de hectáreas en la zona) y de mineras y petroleras.


Su desaparición se ha transformado en una crisis política. En las vísperas de las protestas, el gobierno no cejó en su intento de desviar la responsabilidad estatal en la desaparición, planteando hipótesis falsas y calumniando a la comunidad mapuche y los familiares de Santiago a través de la cobertura editorial infame de los oficialistas TN-Clarín y La Nación.


 


"Es falso que porque no haya un plan sistemático de desapariciones esto no sea una desaparición forzada. Acá hay un plan sistemático de represión al movimiento popular y la desaparición es resultado de ese plan sistemático que se vincula con un Estado que cada día golpea más al pueblo”, dijo Néstor Pitrola, presente en la movilización.


 



 



 



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