Postergan el juicio contra Locles

Al cierre de esta edición, el Tribunal Oral en lo Criminal N° 16 resolvió postergar el juicio oral contra el perito Roberto Locles -acusado por "inutilización de un objeto de prueba"- por "razones de agenda". Por lo tanto, las audiencias, previstas para el 12 y 13 de junio, quedan suspendidas hasta nuevo aviso.


El juicio contra Locles tiene una importancia enorme, sobre todo ahora, en la víspera de la difusión de los fundamentos del fallo que condenó a Pedraza y de la presentación de las apelaciones. La razón es que la intervención de Locles en la investigación por el crimen de Mariano -inutilizó la bala que le produjo la muerte al dejarla alterada para cualquier pericia posterior- involucra directamente al ex secretario general de la UF. Al igual que la "causa de las coimas", el sabotaje de Locles a la prueba formó parte de la estrategia de impunidad urdida por Pedraza. En el juicio oral, que el "perito" estaba a punto de afrontar, esto sería puesto de manifiesto por nosotros.


Una condena a Locles le daría todavía mayor impulso a nuestra apelación y sumaría otro elemento contra una eventual reversión de la condena a Pedraza. Recordemos que el TOC 21 valoró el intento de soborno a los jueces de las de la Cámara de Casación como uno de los principales indicios a la hora de dictar su fallo.


Locles


Durante una junta de peritos, Locles tomó el proyectil que mató a Mariano y lo golpeó contra una mesa hasta abollarlo. Su objetivo -que logró parcialmente- fue alterar la parte de la bala que revelaba la direccionalidad del disparo. En definitiva: que el tiro no fue "al voleo", sino en línea recta hacia los manifestantes.


Locles fue contratado por uno de los abogados defensores de la patota, Gustavo Igounet, y se presentaba como un perito "independiente" de Pedraza y la conducción de la Unión Ferroviaria. Sin embargo, en las escuchas obrantes en la causa, queda acreditado que la Unión Ferroviaria era la que abonaba el salario de Igounet -defensor de Guillermo Uño, uno de los patoteros absueltos por el TOC 21- y que el mismo rendía cuentas ante el Gallego Fernández (lo que es lo mismo que decir que informaba a Pedraza) de la actividad de Locles -no sólo de los resultados de las "pericias", sino incluso de lo que sería su (finalmente frustrada) declaración en el juicio por el crimen de Mariano. Locles era considerado un "testigo estrella" en la estrategia de los defensores para intentar instalar la versión canallesca del "enfrentamiento", ya que el perito declararía -según anticipa Igounet en las escuchas- que el proyectil en cuestión provenía del grupo de los tercerizados y militantes del Partido Obrero, y no de la patota de la Unión Ferroviaria.


Los servicios de Locles formaban parte de la estrategia general de la defensa de la patota y, en particular, de la de José Pedraza. En el juicio demostraremos que la alteración del proyectil no fue una acción "negligente", sino que tuvo la intencionalidad de evitar que se pudiera analizar a posteriori la direccionalidad del disparo. La culpabilidad de Locles no está en duda. El punto fundamental a poner de manifiesto es su entrelazamiento con la estrategia defensiva de Pedraza, quien no vaciló en recurrir al sabotaje, el soborno y las amenazas para encubrir su papel de mentor de la agresión criminal que le costó la vida a Mariano y gravísimas heridas a Elsa Rodríguez.