La ministra Nilda Garré “reorganizó su gabinete” y desplazó de la Secretaría de Seguridad (un virtual “viceministerio”) a la ex fiscal de la causa por el crimen de Mariano Ferreyra, Cristina Camaño, quien pasará a una secretaría de menor importancia. En su lugar asumió Sergio Berni, actual senador bonaerense que tuvo un paso destacado por Desarrollo Social, bajo el ala de Alicia Kirchner. Su “especialidad” fueron las relaciones con las organizaciones piqueteras. Apenas asumió, Garré destacó que el nuevo funcionario “aportará al tratamiento de temas de conflictividad social” y que “trabajará con las cuatro fuerzas puestas al servicio de la sociedad” (Página/12, 10/3). Berni jugó un papel destacado en el desalojo de las ex bodegas Giol y en el del Indoamericano.

La doctrina de “seguridad democrática” concluye, de este modo, en un “proyecto X al cuadrado”: oficialmente, el “tratamiento del conflicto social” pasa a manos de la Gendarmería.

Berni es un teniente coronel del Ejército (actualmente en licencia), se desempeñó durante veinte años en Santa Cruz; o sea, proviene del riñón del kirchnerismo. Señalado por haber apoyado el levantamiento carapintada de 1987, años más tarde trabajó por el retorno de Aldo Rico a la intendencia de San Miguel (ver Página/12, 18/1/09).

En su momento, el nombramiento de Camaño al frente de la Secretaría de Seguridad había sido interpretado por sectores kirchneristas como “una muestra del compromiso del gobierno” con el esclarecimiento del crimen de Mariano.