Salta: caso de abuso policial desnuda el régimen político

El caso de Luciano Diez de la localidad de Apolinario Saravia.

Ocurrió en Apolinario Saravia, fue una represalia política y se armó una causa falsa. El comisario responsable tiene antecedentes: plantó pruebas en el caso de las turistas francesas.

El hecho ocurrió el 28 de junio en la localidad de Apolinario Saravia. El protagonista es el comisario Walter Exequiel Mamani de la subcomisaría El Dorado, quien amedrentó con disparos a una camioneta conducida por Luciano Diez. Minutos después Mamani, dos sargentos y un cabo se presentaron en el domicilio de la familia Waideich y detuvieron al joven, con la acusación de evasión de un control policial, conducir zigzagueando y que incluso intentó atropellar a los policías.

El joven fue llevado a la comisaría donde le propinaron golpes en la cabeza, puntapiés y hasta le salpicaron agua fría. Se burlaban y le decían “cállate pendejo, no te aguanto más!, ¡Ahora vas a aprender a dormir en cana!¡Te presento tu casa, de acá no salís más!”. La detención duró siete horas de maltratos y frío, ya que el joven al momento de la detención no pudo siquiera ponerse una campera.

A la mañana siguiente, el comisario Mamani se presentó ante las radios locales, ya que el joven pertenece a la familia dueña del canal de cable local y se esperaba algún tipo de respuesta. Este se victimizó diciendo que “en muchas ocasiones deben lidiar con gente alcoholizada o bajo efectos de sustancias y que ellos mismos, los policías, denunciaron al joven por uso indebido de arma impropia y resistencia a la autoridad, por atentar contra la vida de los efectivos”. Sostuvo la acusación de que el joven le tiró el vehículo encima y que por eso dispararon.

Pero no quedó ahí, la madre del joven consiguió las cámaras de seguridad de un comercio y allí se ve claramente que la camioneta conducida por el joven se cruzó lentamente con el patrullero, en línea recta y que cuando se aleja, los policías realizan los disparos. No hubo ningún zigzag en la marcha ni nada. Con la prueba en mano realizaron las denuncias por apremios y falsa denuncia.

Mamani nuevamente se presentó ante las radios y cambió el relato diciendo que dispararon porque justo había un enfrentamiento de patotas y les tiraban piedras. Quedó en evidencia que estaba fabricando un relato para justificar una detención sin que haya ocurrido ningún delito, ni ninguna contravención. Aparentemente actuaron en venganza a los contenidos de los noticieros del canal local.

¿Quién es Mamani?

Resulta que el comisario no es ningún novato a la hora de armar causas falsas. Su nombre aparece en el expediente del doble crimen de las turistas francesas. Mamani fue asignado a la investigación, aunque no se desempeñaba en homicidios, y 72 horas después de que se levantaron los cuerpos y de que el propio juez del caso y los peritos trabajaron hasta con detector de metales, encontró dos plomos y luego un arma adjudicada como la usada para matar a las chicas. El comisario de la brigada de investigaciones Néstor Piccolo elevó un informe al juez Pérez poniendo en conocimiento que se trataba de “pruebas plantadas” ya que lo plomos eran balas sin percutir del arma ofrecida como prueba. Días después, en extrañas circunstancias Piccolo se suicidó.

Nunca se investigó porque Mamani “plantó pruebas”, aun cuando en el transcurso del juicio se leyó el informe de Piccolo y fue también uno de los elementos que componen los fundamentos del juez Pucheta, quien dejó muy claro que toda la etapa de instrucción fue manipulada y por eso mismo votó por la absolución lisa y llana para Vilte y Vera. Dos de los puesteros acusados del crimen.

Mamani, limpio, sin ninguna sospecha sobre si, fue nombrado comisario en la subcomisaría El Dorado de Apolinario Saravia, a 250 km de la Ciudad de Salta, lejos de los que conocieron su prontuario.

Lo que vale recordar es que la comisaría de la localidad había sido relevada íntegramente cuando en el 2008 una pueblada casi la prende fuego, en reclamo de justicia. Aquella vez, tres policías asesinaron a Guillermo Arena Solís, un productor de sandías, que cuando fue detenido llevaba consigo 8.000 dólares y $20.000 de la venta de la cosecha de su campo. Solís fue asesinado y enterrado y su dinero robado y repartido entre todos los policías de la comisaría. Al pueblo de Saravia lo mandaron de Guatemala a Guatepeor.

Finalmente Mamani y los tres policías fueron imputados por abuso de armas agravado, privación ilegítima de la libertad, falsedad ideológica y vejaciones agravadas, con fines de venganza. No cabe la menor duda que es otra puesta escena para tratar de absolver al estado y al poder político, simulando que si actúan ante “malos comportamientos”

Por estos días fue apartado el fiscal de Derechos Humanos Gustavo Vilar Rey, por no investigar las denuncias de abuso policial de los últimos dos años, pero él mismo estaba en el cargo desde el año 2003, no investigó durante el romerismo, ni durante el gobierno de Urtubey, ni de Sáenz. Cuando se lo cuestionaba se excusaba diciendo que muchas veces solicitaba una detención o una actuación y los jueces de garantías revertían sus decisiones. Si bien es cierto, forma parte de todo el entramado de tomas y dacas de los magistrados puestos por el poder político, el régimen oligárquico que gobierna desde siempre Salta.

El gobierno de Sáenz maniobra nuevamente para simular que el Estado se cura en salud, pero con la contradicción de que necesita a esa maldita policía para tener al pueblo a raya, para servir a la hora de reprimir, como lo hace actualmente, con la cuarentena que se cumple a fuerza de garrotazos y balazos.

Desde la bancada del Partido Obrero exigimos una comisión investigadora para ir por los responsables políticos de la impunidad. Para desmantelar el aparato represivo que cobija a los Mamani es indispensable la organización de los trabajadores y de las víctimas de gatillo fácil y torturas de manera independiente del estado.

 

 

Reunión de la comisión de derechos humanos con la familia de Luciano Diez.