¿Territorio liberado o connivencia activa?

Siempre hemos denunciado que en el crimen de Mariano hubo territorio liberado por parte de la policía. Tras las dos primeras jornadas, donde escuchamos cada detalle de la acusación y vimos los videos de los manifestantes, de C5N y de la propia policía, la conclusión nos lleva más lejos.


La policía siempre actuó en coordinación con la patota, a metros de ella. “Tomó partido por el sector de la Unión Ferroviaria”, en palabras de la acusación de la propia Justicia. La patota accionaba como dueña y señora en las vías con tropas policiales que se desplazaban con ella. Luego, cuando la patota quedó en privilegiada posición -en lo alto de las vías-, formaron una valla de contención en la calle de abajo para frenar a los manifestantes que resistían, como podían, soportando una lluvia de piedras y bulonazos que les arrojaban los patoteros desde lo alto. Pero, además, en ese momento tropas de infantería -que se hicieron humo a la hora del crimen- atacaron con balas de goma a los manifestantes. Al punto de que a uno de ellos se le escuchó decir a la policía: “¿qué buscan, un muerto?”.


Sabido es, y lo pudimos ver ahora en la sesión judicial, que la policía filmó todo -aunque capciosamente-; pero lo interrumpe en el momento en que la patota, reforzada, avanza y toma posición de tiro. En tanto, un cabo de calle que arribó al lugar -de apellido Maldonado-, viendo la situación llamó al 911 -tal consta en la causa y se leyó en la sesión-, para pedir refuerzos. Le contestaron que se atuviera a las órdenes de los comisarios actuantes en el lugar, Mansilla y Ferreyra. Mansilla informó a central -consta en la acusación- que estaba todo tranquilo, que era innecesario un refuerzo y que la “gente de la Unión Ferroviaria bajaba en forma pacífica”. Recordemos: ellos bajaron para matar, directamente. En esos momentos un sector identificado de la patota rodeaba a C5N para impedirle filmar, justamente, la escena del crimen. La policía ignora esa situación que en la causa mereció la calificación de “coacción agravada”. Luego, lo conocido. Se cortaron las comunicaciones en el momento de la balacera. Permitieron el repliegue de la patota, el guardado de las armas y la fuga.


Esto trasciende -y en mucho- al clásico “territorio liberado”. Naturalmente, tomamos esta expresión desde el inicio porque la policía permitió que se cometiera el crimen. Pero estamos frente a la connivencia activa de todo un operativo policial, con consultas a jefatura incluidas. La calificación de la fiscalía de “abandono de persona seguida de muerte” se contrapone en realidad con la propia acusación, sus fundamentos y los videos y testimonios de la causa. La policía fue, como sostienen nuestros abogados, “partícipe necesaria” del crimen político de Mariano Ferreyra. Los ya acusados tienen que ser juzgados por estos cargos y deben ser indagadas las jefaturas superiores que monitorearon la operación y deben dar cuenta los responsables políticos, dirigidos en ese momento por Aníbal Fernández.