Tucumán: un gobierno de espías y censores

El jueves 6, alrededor de 1.500 personas de varias organizaciones (PO, PCR, Libres del SUR, PTS, MST, Darío Santillán y otras) se movilizaron desde los Tribunales Federales a la Plaza Independencia con la consigna de “No a la ley antiterrorista, basta de espionaje y represión”. La movilización coronó una semana de denuncias y pronunciamientos en relación a las revelaciones sobre todo un sistema de espionaje e infiltración de los servicios de inteligencia D2 sobre las organizaciones opositoras -en las que se destacaban en particular al PO y la CCC.


El PO presentó una denuncia en la Fiscalía Federal, a la cual luego se sumaron varias organizaciones. Por su lado, Alperovich y el ministro de Seguridad, López Herrera, intentaron desmentir las denuncias, las que provinieron de ex miembros de las propias fuerzas de seguridad. Pero el D2 cuenta con todo un sistema de cámaras estratégicamente instaladas para espiar a los que realizan manifestaciones ante el poder político. Precisamente, La Gaceta del 7/9 destacaba que “Daniel Blanco sufrió ayer aquello que estaba tratando de denunciar. Es que el histórico dirigente del PO concurrió a la Plaza Independencia para protestar públicamente por el presunto espionaje que realizan policías del D2 (…) Y, tal vez sin darse cuenta, se puso en el centro de las cámaras alperovichistas”. Por otra parte, el gobierno no dio hasta el momento ninguna explicación sobre el seguimiento al equipo de Lanata y tampoco porqué el D2 funciona en una instalación sin identificación y con autos sin patente. Tampoco por qué supuestos fotógrafos y camarógrafos de medios inexistentes hacen su tarea cada vez que hay una manifestación opositora.


El gobierno, además, aplica una política de censura a rajatablas, donde la izquierda no figura en los programas y medios oficiales. Lanata sigue censurado. El gobierno logró que el libro El zar tucumano, que denunciaba cómo la camarilla gubernamental -entre otras cosas- se enriqueció en el poder, no tuviera una sola librería dispuesta a venderlo -indudablemente por presiones oficiales.


En una época de ajuste, el gobierno de Alperovich acentúa la regimentación política, tanto en sus propias filas como, en especial, en la oposición de izquierda y combativa. En esa tarea juega un papel fundamental los aparatos de espionaje y represión.