Catamarca: Un nuevo crimen contra la juventud

Ariel

Entre el viernes 9 y el sábado 10, cuatro menores de entre 15 y 17 años, que se encontraban privados de la libertad en la Alcaidía de la capital, murieron como consecuencia de las quemaduras sufridas tras un incendio de colchones.

Según la versión oficial, todo ocurrió por sorpresa. No había reclamos previos y los detenidos no habían sufrido apremios.

Los familiares de uno los menores aseguran que el chico estaba en huelga de hambre desde el miércoles, con conocimiento de la jueza -quien, a modo de represalia, había decidido que recuperara la libertad recién el lunes 12. El familiar de otra víctima denunció que las provocaciones y vejaciones que sufría su hijo por parte de los policías eran moneda corriente.

Una menor comentó que uno de los adolescentes le había manifestado a los policías que quemaría la celda si no lo dejaban en libertad y tuvo como respuesta: “Tomá (le dieron un encendedor) si tenés huevos para hacerlo” (La Unión, 11/9). Luego del incendio se encontró ese encendedor en una de las celdas.

Este hecho, que truncó la vida de cuatro adolescentes, no es algo aislado en esta provincia.

La semana previa, familiares y jóvenes andalgalenses marcharon en contra de la persecución policial de la que son víctimas los que luchan en contra del saqueo minero. En la misma ciudad, niños y adolescentes que tomaron varias escuelas, reclamando la entrega de las netbooks del plan nacional, recibieron todo tipo de provocaciones por parte de la policía, para obligarlos a deponer su reclamo.

Los funcionarios del Frente Cívico y sus “opositores” K han ofrecido asistencia a los familiares. Quieren cooptarlos con dinero para silenciarlos. Unos y otros sostienen un régimen carcelario que, como ocurre en la Alcaidía, no tiene un sistema de seguridad contra incendio que se active por la presencia de humo. Tampoco sabían que los menores estaban bajo un régimen vejatorio. Mantienen un código contravencional que instituye la figura del merodeo, que habilita a la policía a perseguir a los jóvenes sin motivos, un código represivo que sanciona las movilizaciones.

Para que este hecho no quede impune, desde el Partido Obrero (en el Frente de Izquierda) planteamos:

* Cárcel a los policías involucrados en la muerte de estos cuatro adolescentes.

* Renuncia del ministro de Gobierno.

* Derogación del Código Contravencional provincial.

* Comisión investigadora independiente.