Una gran movilización popular

Estela Hurlingham

El martes 23 de agosto, la comunidad de Hurlingham amaneció conmocionada. La desaparición de una nena de 11 años fue la gota que colmó el vaso. Cientos de niñas y mujeres desaparecen sin que nadie dé una respuesta. De inmediato, Candela despertó una inmensa movilización popular en toda la zona. El Partido Obrero de Hurlingham se movilizó desde el momento en que se conoció la noticia con los compañeros de Tribuna Docente. Las convocatorias llovían a través de cadenas de mensajes. A la tarde, los compañeros del Polo de los barrios, los jóvenes, delegaciones de trabajadores nos acercamos a la casa donde se realizaban las primeras convocatorias. Todos y cada uno de los días marchamos apoyando y reclamando “Que devuelvan a Candela”. Sacamos comunicados que dirigimos a los medios de comunicación y volantes denunciando que en el país hay cientos de Candelas. Llamamos a reforzar la movilización para que aparezca, denunciando la complicidad del Estado y la policía con las redes de trata y las mafias.

Las movilizaciones se hicieron cada vez más numerosas. Fueron jornadas históricas de repudio y bronca las que vivimos en Hurlingham; no recordamos semejante movilización en el distrito desde 2001. El Suteba se hizo presente con una bandera del “Consejo de la niñez”, pero jamás hizo una convocatoria ni un reclamo público. La 26 de julio también estuvo con sus bombos y militantes, siempre sin banderas. Se pintaron todos los paredones de Hurlingham, se taparon todos los espacios con la foto de Candela.

El miércoles 31, cuando todos nos preparábamos para una nueva concentración, los medios anunciaban que habían encontrado el cadáver de la nena. La tristeza y la bronca se notaba en la calle. La gente lloraba. La convocatoria a una nueva marcha reclamando “justicia por Candela”, así como el reclamo de asueto en las escuelas, resumieron el clamor y el sentimiento popular. Candela estaba en Hurlingham, a pocas cuadras, con 2 mil policías que rastrillaban y allanaban las casas de los vecinos y helicópteros iluminando los barrios en las madrugadas. Con semejante despliegue, no se encuentra lo que no se quiere encontrar.

El jueves 1º de septiembre, a pesar que el ministerio no decretó asueto, los docentes y los estudiantes no concurrieron a las escuelas, en una muestra de indignación, bronca y desconsuelo. Los docentes comentaban que era imposible dar clases porque la angustia dominaba las aulas. Pero, además, concurrieron masivamente a la movilización los centros de estudiantes organizados, con sus banderas reclamando “juicio y castigo”, “que se vayan todos”. Cuando alguno quiso gritar “seguridad” inmediatamente era tapado por la consigna de Justicia, gritada a voz en cuello por todos los presentes. En esta movilización para exigir juicio y castigo, no estuvo el Suteba ni la 26 de Julio, los que se borraron. Hoy, ha quedado al desnudo la completa complicidad policial con las bandas de los secuestros. El gobierno municipal se ha llamado a silencio ante un crimen aberrante.

• Juicio y castigo a los culpables y sus encubridores del asesinato de Candela.

• Desmantelamiento inmediato de todas las mafias, ya sean de trata, narcotráfico o piratas del asfalto.