Atahualpa Martínez era estudiante secundario, activista social y político de Viedma. Su militancia se desarrollaba en tareas comunitarias en una de las tomas de la ciudad. El 14 de junio Atahualpa apareció muerto, con dos tiros en la espalda.

Unas semanas antes, uno de los militantes de la agrupación universitaria Demo, que también intervenía en las tomas, fue amenazado de muerte por cinco punteros radicales a plena luz del día.

Los aprietes a los luchadores y activistas políticos se incrementan. Seis compañeros estatales de Viedma, Bariloche, Sierra Grande y Roca han sido despedidos por su intervención en el paro estatal.

La casa de Leticia García, militante del PO y ex convencional constituyente en El Bolsón, fue quemada intencionalmente meses atrás.

Se suman a esto los intentos de procesamiento a Liliana Silva, a militantes del PO de la localidad del Bolsón, la represión en Plaza Pagano de esa ciudad, el asesinato de Martín Oses, la parálisis en la causa de Otoño Uriarte.

La respuesta a la muerte de Atahualpa fue contundente. Una movilización de 1500 personas recorrió las calles de la capital exigiendo el juicio y castigo a los culpables del asesinato.

La muerte de Atahualpa no puede quedar impune. El gobierno y sus asesinos a sueldo deben pagar. Reforcemos nuestra movilización.

Juicio y castigo para los asesinos de Atahualpa.

Juicio y castigo a los responsables materiales y políticos del crimen de Otoño Uriarte.

Por el esclarecimiento de la muerte de Martín Oses.