Zapala: campaña intimidatoria contra la juventud y los trabajadores

En un operativo cuasi cinematográfico, que “casualmente” fue cubierto en vivo por un medio local que siempre tiene la primicia policial, cinco patrulleros y veinte policías federales, más policías provinciales, se hicieron presentes en una “fiesta” que violaba la cuarentena.


Al no encontrarse con ninguna “fiesta con quince personas”, según la denuncia “anónima”, la policía actuó con prepotencia contra los seis menores presentes, que estaban comiendo una pizza dentro de la vivienda. No hubo música ni ruidos ni fiesta. No había presencia de alcohol en ese lugar. Los menores fueron intimidados e interrogados sin la presencia de personal de justicia o sus padres y tratados como delincuentes.


Uno de los adolescentes alcanzó a llamar a su madre, quien se presentó en el lugar y reprochó a la policía por los abusos. La mamá, miembro de la Comisión Directiva del sindicato Aten, conoce bien que en nuestra ciudad, en los días previos, habían sido golpeados trabajadores que iban a ganarse el pan, bajo la acusación de violar la cuarentena; y que recientemente la policía asesinó a un joven en un caso de “gatillo fácil”. La actuación de esta militante desató una polémica mediática sobre la violación de la cuarentena, en un sistemático trabajo de miedo y de persecución contra los trabajadores y la juventud.


Este operativo contrasta con la impunidad con que las patronales y el mismo Estado viola la cuarentena y las condiciones para sostenerla. Como botón de muestra sirve el atentado contra los jubilados con largas colas en los bancos o la falta de personal e insumos de protección en el hospital local.



Un operativo similar protagonizado por la misma policía y el mismo medio periodístico, se repitió dos días después contra un trabajador camionero.


Se pretende con estas puestas en escena el linchamiento mediático sobre la base de apuntalar la “irresponsabilidad” de la población y la militancia sindical, ocultando la realidad de los trabajadores y adolescentes de los sectores populares: el hacinamiento, la falta de perspectivas, la falta de recursos, hasta la falta de alimentos.


Los reclamos de los compañeros desocupados del Polo Obrero, que luchan para poder pasar la cuarentena sin hambre, son olímpicamente ignorados por los medios o culpabilizados por atentar contra la salud.


Muy grave ha sido que a esa campaña de neto corte policial se haya sumado el TEP de Zapala y la Comisión Directiva Provincial de Aten (Celestes), quienes no emitieron la menor denuncia ante los casos de vejaciones policiales, pero se sumaron al coro represivo.


El reforzamiento represivo no tiene que ver con el cuidado de la salud. La represión representa el medio coercitivo de la política del gobierno para intentar contener la pandemia sin tocar los intereses de los capitalistas.


La verdadera protección de la salud solo puede darse bajo el control obrero y popular de la cuarentena, al servicio de las necesidades de la población; que se pongan todos los recursos económicos, financieros, logísticos y productivos al servicio de la salud pública.