El próximo miércoles 8 de noviembre, desde el Polo Obrero y la gremial de la construcción Sitraic ganaremos las calles en más de la mitad de las provincias del país.

 

Desde Tierra del Fuego hasta Salta, pasando por Neuquén, Mendoza, San Juan, Córdoba, Tucumán, Santiago del Estero, Chaco, Misiones, Salta, la Ciudad y la Provincia de Buenos Aires (en Mar del Plata y San Nicolás) se producirán cortes, piquetes, movilizaciones y acciones de lucha planteando: Abajo el plan de guerra de Macri, no a la reforma laboral, trabajo genuino y pase a planta, aumento y reapertura de los programas estatales para desocupados.

 

La jornada ha estado precedida de una intensa agitación en los barrios, con el volante "Abajo el plan de guerra de Macri", y un plenario de más de 50 delegados del conurbano y Ciudad de Buenos Aires, que debatió un plan de lucha, en la perspectiva planteada por la Coordinadora Sindical Clasista de impulsar una intensa agitación sobre el conjunto de los trabajadores para convocarlos a levantarse frente a la ofensiva antiobrera.

 

En el marco del ajuste en marcha, nos encontramos con despidos de compañeros precarizados de los programas del Argentina Trabaja; es el caso de Hurlingham, donde una serie de despidos de trabajadores de mantenimiento de escuelas, fue respondido con una movilización en frente único con Barrios de Pie y la ocupación de la gerencia de empleo, obteniendo luego de horas de aguante la reincorporación de los despedidos.

 

A su turno, la reforma laboral y la previsional apuntan a golpear a la clase obrera en los convenios y el conjunto de los derechos conquistados con años de lucha. Para esto el gobierno cuenta con el pacto con la CGT, que viene entregando todo convenio por convenio.

 

 

La mayoría de las organizaciones sociales, siguiendo el libreto de la CGT y sobre todo del Papa, están entregadas a la cooptación y a una tregua escandalosa, que incluyó una vergonzosa marcha al CCK, ante los anuncios de ajuste, para pedir una silla en el coro de aplaudidores de Macri.

 

Un caso ejemplar es el de la Darío Santillán, que pidió la “apertura de un diálogo” en la medida que " el sector no está representado" –dando por hecho dos cosas: que los trabajadores ocupados sí están representados, y que hay algún diálogo y no un plan de guerra contra la clase obrera.

 

Decenas de miles de compañeros que están bajo la tutela de estas organizaciones no tienen nada para ganar con esta orientación de entrega: los compañeros siguen cobrando 4.400 pesos (menos de un tercio de los $14.724 que marcan la línea de pobreza), mientras que el último “aumento” del año fue del 10%, contra una inflación que supera el 20% anual.

 

Esta campaña que comienza con la Jornada Nacional del 8 en 13 provincias pretende además llamar la atención al conjunto de las organizaciones para que rompan con la tregua con el gobierno ajustador y la subordinación a la burocracia sindical de la CGT, y a los trabajadores que la integran estas organizaciones a reclamar una acción de conjunto por el aumento, por la apertura de los programas y por la unidad con la clase obrera para derrotar el plan de guerra de Macri.