Asambleas Populares de la Capital y Asamblea Interbarrial en Parque Centenario

Decenas de Asambleas Populares vienen surgiendo en la Capital al calor de los cacerolazos, los cortes de calle y las grandes marchas a Plaza de Mayo. Se reúnen en esquinas y plazas de los barrios, deliberan, votan propuestas y resuelven acciones; en algunos barrios se cuentan tres o cuatro agrupamientos distintos.


Una característica común es la expresión masiva de la bronca antigubernamental y la tendencia a concretarla mediante la movilización. Las dos asambleas interbarriales realizadas en Parque Centenario, que reunieron a 1.000 y más de 2.500 personas, respectivamente, de unas 30 asambleas barriales, votaron unánimemente y a mano alzada, en un clima combativo y democrático, el cacerolazo en Tribunales por la renuncia de la Corte Suprema y adoptaron la consigna “Que se vayan todos”. “Fuera los gobiernos ilegítimos”, “Elecciones” y “Asamblea Constituyente soberana” son otras expresiones de la misma tendencia.


Otras iniciativas de acción votadas masivamente, fueron una jornada de boicot a las telefónicas y empresas de electricidad; el escrache a los bancos y al Banco Central; promover un paro de toda la ciudad; escraches a funcionarios corruptos, a las CGT y a los medios de información que desinforman. La primera Asamblea del Centenario resolvió adherir a la marcha de los motoqueros, realizada el viernes 18 por juicio y castigo a los asesinos de los jóvenes muertos el 20 de diciembre y a las marchas de repudio al asesinato de los jóvenes de Floresta, revelando el profundo sentimiento antirrepresivo y contra el gatillo fácil imperante.


Las reivindicaciones, que son muchas, conforman un programa de medidas ante la crisis, desde el juicio a la Corte, la investigación de la deuda y la fuga de capitales, el control ciudadano sobre los funcionarios, la anulación del corralito y la devolución de los ahorros y la reconexión sin cargo de los servicios cortados por falta de pago; hasta la devolución del 13% a jubilados y estatales, el seguro para desocupados, el no pago de la deuda externa, la nacionalización de la banca y el comercio exterior, la estatización de las empresas de servicios privatizadas, la libertad a los presos por las luchas sociales y políticas, y el juicio y castigo a los asesinos del 19 y 20 de diciembre.


Fueron especialmente aplaudidas las menciones a los piqueteros y desocupados y a los motoqueros. Y saludadas las intervenciones de trabajadores. En la primera Asamblea, un dirigente de docentes universitarios de la UBA repudió la tregua de las burocracias sindicales, reclamó que las instalaciones y recursos de la UBA se pongan a disposición de las Asambleas y llamó a resistir el arancelamiento y los recortes presupuestarios en la educación. Una obrera de la UOM Tierra del Fuego, pidió solidaridad con la movilización por la reapertura de Aurora Grundig en Ushuaia. Un delegado de motoqueros, también denunció la concertación de las centrales obreras con el gobierno y propuso impulsar un paro de todos los trabajadores y comerciantes de la ciudad de Buenos Aires.


La segunda Asamblea del Centenario, que creció en asistencia y representaciones barriales, votó unánimemente un cacerolazo nacional por 5 puntos: que se vayan todos; fuera la Corte Suprema; devolución de los depósitos; nacionalización de la banca, el comercio exterior y las AFJP; juicio y castigo a los asesinos de los caídos el 19 y 20 de diciembre. Y otras resoluciones como escrache a los bancos, apagón y boicot telefónico, movilización contra la aprobación del presupuesto 2002, nuevo cacerolazo por la renuncia de la Corte el jueves 24.


En el cuadro de la ofensiva antipopular que el gobierno va a lanzar en las próximas horas *pesificación, disparo del dólar, carestía, congelamiento salarial y nuevo ajuste* las Asambleas Populares de la Capital están llamadas a jugar un papel fundamental en la reacción nacional contra el gobierno.