Avellaneda: el Polo Obrero conquista insumos sanitarios

Con el método de la organización y la movilización, el pasado 6 de mayo, el Polo Obrero de Avellaneda obtuvo una gran reivindicación arrancándole al municipio productos de limpieza y desinfección para las barriadas populares. Una importante victoria en un contexto de fuerte ajuste a nivel nacional, provincial y municipal.


Los métodos piqueteros


Los bidones de citronela, lavandina, alcohol en gel y jabón líquido, repartidos en los diez comedores emplazados en las barriadas más urgentes de Avellaneda, no reemplazan nuestro reclamo de redes de agua potable, cloacas y pluviales, pero son fundamentales en un contexto de pandemia (Covid-19 y dengue) sumado a a los efectos de la tuberculosis y malaria, ambas compatibles con las condiciones precarias de salubridad ambiental y habitacional de los barrios y un incremento pavoroso de la pobreza.


Así como el 23 de diciembre pasado, una enorme movilización a las puertas de las oficinas municipales conquistó 200 cajas navideñas, recurrentemente negadas excusándose en la crisis heredada por la gestión macrista, hoy ganamos una nueva batalla por nuestras reivindicaciones. Estamos frente a un gobierno municipal que levantando las banderas de la “justicia social” congela las partidas presupuestarias para Desarrollo Social, destinando esos fondos a la satisfacción de los intereses privados. Es así como grandes barriadas, como Villa Inflamable, Tranquila, Las Casitas, Anglo, Corina, etc., se hunden cada vez más en paupérrimas condiciones de vida.


Con 50 días de aislamiento social obligatorio y un mes de suspensión en la entrega de alimentos a los comedores populares por parte de la gestión nacional de Daniel Arroyo, sumado a la suspensión, bloqueo y exclusión de millones de trabajadores del cobro del Ingreso Familiar de Emergencia, seguimos ganando las calles. Porque con hambre no hay cuarentena que valga.


Vamos por lo nuestro


Mientras analistas políticos, económicos y sociales anticipan cómo será el mundo y el país poscuarentena, pronosticando un futuro negro, desde el PO decimos que el hambre ya lo tenemos, desde hace mucho, en casa. Lo ganado y arrancado al intendente Jorge Ferraresi debe servirnos como ejemplo. Es la demostración de que tomando los problemas en nuestras manos, la clase obrera puede salir de esta crisis sanitaria y social. A los gobiernos de la precarización y el ajuste les oponemos la organización independiente de los explotados.


Reclamamos la apertura de los cupos de los programas sociales y su incremento. Triplicación en alimentos para todos los comedores populares. Universalización del IFE, aumento a $30.000 y pago en tiempo y forma. Plan de obras públicas en todas las barriadas. Sin agua potable, cloacas, redes pluviales, de gas, electricidad segura y asfalto es imposible pensar en un verdadero combate al Covid-19, dengue, sarampión, tuberculosis, etc. Provisión de elementos de prevención y tratamiento en todas las salitas y centros sanitarios, controladas por comisiones de seguridad e higiene, conformadas por vecinos y trabajadores. La única lucha que se pierde es la que se abandona. No al pago de la deuda. Que la crisis la paguen los capitalistas y no el pueblo trabajador.