El viernes 1° de marzo, llevamos adelante una enorme jornada de lucha. Junto al CTA e Izquierda Unida, 300 compañeros realizamos un acto frente a casa de gobierno con la consigna que se vayan todos, que el poder pase a manos de una Asamblea Constituyente.

Marchamos al organismo de control del agua y la luz (Enre), para reclamar el no pago de los servicios por parte de los desocupados y de toda persona que cobre menos de 500 pesos. Luego la columna se dirigió hasta la Subsecretaria de empleo para reclamar la entrega de los planes bajo control de las organizaciones de desocupados.

La columna que a esta altura se veía engrosada por jubilados e independientes se dirigió a las oficinas mismas de Bajo la Alumbrera, que lleva adelante el emprendimiento minero más grande de todo el continente, a quien le exigimos 2.000 puestos de trabajo estable a 1.500 pesos. Esta empresa, que embolsa cerca de 500 millones de dólares por año, dejando menos de 5 en la provincia, que no toma mano de obra local y tiene turnos de 12 horas, acaba de licuar 80 millones por la pesificación de sus deudas. Exigimos el reparto de las horas de trabajo y la creación de un tercer turno.

La manifestación se dirigió hasta las oficinas mismas de la Subsecretaria de Bienestar Social. Ante la presión de los manifestantes, el propio subsecretario Carlos Colombo, tuvo que salir a dar la cara por la mala distribución de bolsones. El Polo Obrero exigió el control de la ayuda alimentaria y numerosos compañeros de nuestra organización, uno a uno, fueron presentando diferentes denuncias. Permanecimos por más de una hora todo el grueso de nuestra columna (150 compañeros, las demás organizaciones se borraron) atorando la salida de Colombo y su banda.

El lunes esperamos la aprobación de 330 planes. Se prevé un corte sobre la ruta 38 para emplazar al gobierno por todas las maniobras dilatorias respecto de los planes, que el Polo pide sean todos de 200 y no de 160 pesos y estén bajo el control de nuestra organización. Reclamaremos la libertad de Alí, Castells y el desprocesamiento de todos los luchadores, el no pago de la deuda externa, un salario mínimo de 600, indexados, y los demás puntos del programa votado por la asamblea piquetera.