Chubut: organicemos los reclamos de los desocupados de Lago Puelo-Comarca Andina

Sin salario, con hambre y con frio, no hay cuarentena.

Polo Obrero Lago Puelo - Comarca Andina.

En plena pandemia, ante la situación crítica que atraviesan los trabajadores que han quedado sin ingresos o con salarios de miseria, el gobierno nacional y el d ela provincia de Chubut siguen sin dar respuesta real al crecimiento del hambre, no garantiza los elementos esenciales de calefacción ni sanitarios a la población más necesitada. Se agudiza la crisis social y política y el gobierno cree que la desocupación y la precarización desaparecen en las zonas donde ya se puede circular, pero esto no es así, la necesidad es mayor.

El gobierno municipal de Lago Puelo sin embargo ha anunciado el recorte tanto de alimentos como del Plan Calor. Desde el principio de su gestión ha recortado este beneficio en nombre de rever cada situación. El destino de los módulos es incierto y con la llegada de la pandemia, los funcionarios locales han hecho hincapié en sus declaraciones que “los vecinos deben ser solidarios y conscientes, y sólo soliciten el módulo si realmente lo necesitan”, planteando que por la escases de recursos, se debe priorizar a los más necesitados.

Pero han demostrado desconocer la situación de carestía profunda que hoy reina en nuestros barrios y que se sigue profundizando. El municipio ha dejado afuera, con este argumento, a vecinos que venían recibiendo alimentos, por ser empleados municipales, auxiliares de la educación o percibir algún ingreso por contrato precario.

Las familias trabajadoras que tienen algún integrante con un salario de miseria, por el estilo, o simplemente una AUH (Asignación Universal por Hijo), quedan excluidas de esta prioridad. Están condenadas a subsistir con esos magros ingresos.

Los salarios estatales, provinciales y municipales van desde los $12.000 y no superan los $25.000. Las familias que se volcaban a las changas, trabajo informal, tareas domésticas, cuidado de niños, recolección, corte y venta de leña para sobrevivir, sus ingresos se han reducido a nada.

Comenzó julio y lo mismo sucede con la implementación del Plan Calor, con lluvias y temperaturas bajo cero, no solo lo han recortado si no que éste carece de garrafas.

Las condiciones se agravan y una muestra de ello es la situación de los inscriptos en el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), que dejó un tendal de excluidos. Los rechazos, las demoras inadmisibles y las caóticas inscripciones dejan familias  fuera de este beneficio y a otras esperando una eternidad para cobrar 10 mil pesos, que se esfuman rápidamente y muchos de ellos todavía no han cobrado la segunda cuota.

La crisis habitacional es grave

El dinero con el que se podrían construir las viviendas, o llevar adelante programas de mejoras, se va a los bolsillos de los empresarios en subsidios, o al pago de la deuda, o sea a los banqueros  que la levantan con pala.

La especulación inmobiliaria, sobre valorizó las mejores tierras y encarece la vivienda y los alquileres, expulsando a los trabajadores de menos recursos a vivir hacinados o a ocupar terrenos ociosos.

La salida debe ser la organización con empadronamiento de las familias, confección de registro de todos los terrenos ociosos de los municipios, para utilizarlos en el plan de viviendas para todos los trabajadores sin techo. La realización de las obras de urbanización y viviendas, bajo control y supervisión de los vecinos, junto a la creación de una bolsa de trabajo para emplear a la enorme masa de desocupados, con un salario bajo convenio. Por la titularización de las tierras, con cuotas que no superen el 15% del ingreso del grupo familiar. Escrituración gratuita y conexión a los servicios esenciales.

Es preciso debatir un plan de lucha que le arranque al gobierno municipal, provincial y nacional, un plan de construcción de viviendas  para todos los que lo necesiten.

Sin salarios, con hambre y frio no hay cuarentena. Basta de precarización laboral, pago en término y pase a planta. Por un seguro económico al desocupado de 30 mil pesos. Apertura inmediata de los programas sociales y aumento en los montos de los mismos. Duplicación de presupuesto para garantizar la provisión de alimentos secos y frescos, junto a la entrega de elementos sanitarios y de higiene. Leña de calidad y garrafas. Organicemos el reclamo por la asistencia integral para todas las familias que lo necesiten.