Cómo se paró un desalojo en México 1343

Si tocan a uno, nos tocan a todos

Algo profundo sucede y, en ocasiones, se manifiesta en la superficie mediante detalles de apariencia menor. Por ejemplo, cuando una niña de cinco años, vestida con su guardapolvo de jardín de infantes, dice: “Estamos defendiendo la casa”, mientras sus padres, con otras 14 familias compuestas en total por 61 personas, están atrincherados en el edificio de la calle México 1343, en el barrio porteño de Montserrat. Esto sucedía a las 6 de la mañana del miércoles 5 de mayo, mientras frente a las puertas del inmueble un oficial de justicia, con apoyo de personal de la Comisaría 4ª y un par de personajes de aspecto facineroso que decían ser los propietarios del lugar, se las veían con decenas de compañeros de la Asamblea Popular de Plaza Congreso y habitantes de un edificio de Solís al 600 —también bajo amenaza de desalojo—, junto con la asamblea del Polo Obrero de Parque Lezama y, sobre todo, con casi todo el vecindario de la cuadra, presto a la resistencia.


“Estamos defendiendo la casa”, decía esa niña. Y tenía, a ojos vista, completa conciencia de lo que sostenía detrás de esa puerta de calle, reforzada con vigas y cacharros de todo tipo para indicar a las claras que por ahí no pasaba nadie.


Ya el lunes 3, compañeros del Polo Obrero de Lezama, invitados por los vecinos, habíamos tenido ocasión de asistir a las reuniones que preparaban la defensa, en el terreno legal pero también en cualquier otro que resultara preciso.


Allí tuvimos una primera idea de la situación cuando un compañero nos dijo: “Tengo 34 años y nací aquí. No quiero subsidios habitacionales, no quiero que me trasladen a ninguna parte. Quiero vivir aquí, en mi casa. De aquí no me saca nadie y voy a pelear”. Ese era, en general, el ánimo de todos y, como se sabe, ese ánimo es la primera condición de la victoria. Por supuesto, la predisposición a la lucha no asegura el triunfo, pero sin esa predisposición la derrota es segura. Desde ese punto de vista, en esos compañeros, el primer requisito está cumplido desde el comienzo.


Negociados mafiosos


La situación legal del inmueble es en extremo confusa y se encuentra sometida a investigación, incluso por parte de medios periodísticos como punto.doc, que han denunciado presuntas maniobras de estafa por parte de la inmobiliaria El Sheik, que maneja la cuestión por cuenta de una sociedad hasta ahora desconocida: Enra SRL. El último propietario conocido del lugar falleció hace más de 20 años, y poco después sus herederos manifestaron a los vecinos que se desentendían de la cuestión. No volvió a saberse del estado de la sucesión y desde entonces nadie fue a cobrar alquileres. Entretanto, los vecinos pagaron puntualmente los servicios —no se trata en este caso de un inmueble ocupado por la fuerza— y tres de ellos obtuvieron legalmente la propiedad de sus casas por el principio veintenario.


Ahora, una supuesta SRL, apañada por una inmobiliaria denunciada, como se dijo, por presuntos negocios turbios, exhibe un dudoso título de propiedad y obtiene una orden de lanzamiento, contra la cual ya se ha presentado un pedido de no innovar. Esos señores están comprando propiedades en esa misma cuadra a precio vil, lo cual permite suponer que está en marcha otro de los tantos negocios pestilentes que vemos en la ciudad casi a diario, a costa de dejar a gente en la calle.


Por el momento se ha conseguido una postergación de 60 días, hasta el 30 de junio. En ese lapso seguramente habrá mucho por hacer para que se respete el derecho a la vivienda de esos compañeros, todos ellos trabajadores y conocidos desde hace décadas por el vecindario de la cuadra. Todo esto ocurre, conviene recordar, mientras el gobierno porteño y el gobierno nacional tienen en la ciudad decenas de miles de metros cuadrados de terrenos e inmuebles ociosos, con los cuales se propone enriquecerse de manera obscena esa organización mafiosa que es la Corporación del Sur.


Marchamos, debemos marchar, hacia la organización de una gran coordinadora de vecinos en peligro de calle, de inquilinos y propietarios precarios, para arrancarle al gobierno del FMI el cumplimiento de sus obligaciones respecto de un techo decente para todos, y si es inservible para cumplirlas que se vaya de una vez. Por eso preparamos una masiva marcha el 18 de mayo hacia la Corporación del Sur, que se concentrará a partir de las 10 de la mañana en la plaza Homero Manzi, frente a la iglesia de Nueva Pompeya.


Entretanto, si quieren desalojar México 1343 o cualquier otra vivienda obrera, se encontrarán con la resistencia activa de todo un vecindario, de asambleas populares, de nuestras organizaciones piqueteras, del pueblo en lucha. Ya saben ellos, por experiencia, hasta qué punto la vaca se les vuelve toro.