Congreso Nacional del Polo Obrero se planta contra el pacto social

Cuando esta edición de Prensa Obrera  esté en la calle, empezarán a llegar a Punta Lara las delegaciones del interior del país que se integrarán a los delegados de Capital, Interior de la provincia de Buenos Aires y el conurbano, sumando 893 delegados plenos y más de 150 invitados de 18 provincias.


Un esfuerzo organizativo y político para poner en pie al Polo Obrero al servicio de la lucha por la independencia política de los trabajadores en horas fundamentales para la clase obrera ocupada y desocupada de toda América Latina, que arde contra las políticas de ajuste fondomonetaristas.


En la Argentina de la transición pactada entre Macri y Fernández,  la discusión sobre el gabinete del futuro gobierno ha desatado una crisis política en torno de ministerios clave, ya se sabe que en Defensa estaría Rossi, bajo cuyo ministerio en el gobierno de Cristina nombró al represor Milani, y en Seguridad iría Gorgal, mano derecha de Juanjo Alvarez, uno de los asesinos de  los piqueteros Kosteki y Santillán, formado en la DEA. 


El Ministerio de Economía es motivo de una disputa entre hombres de los fondos de inversión, la embajada de Estados Unidos y el FMI.


El que está confirmado es Daniel Arroyo para Desarrollo Social, quien fatiga los canales de televisión hablando de su plan “Argentina contra el Hambre”. El “plan” tuvo su primera reunión preparatoria con empresarios de la alimentación, la Iglesia y personajes como Tinelli, sin que faltaran, desde ya, las organizaciones sociales amigas de F-F y el clero. Se van viendo definiciones de continuidad en la política de contención del período M, de la que se jactan tanto el gobierno Macri, como el Triunvirato Vaticano y el Frente de Todos. Consideran que esta contención evitó una crisis a la chilena, es decir una rebelión popular que rechaza los planes de ajuste. Lo que no evitó fue el crecimiento astronómico de la pobreza y  de la indigencia.


Las primeras líneas de la política de Arroyo no atienden los reclamos que realizamos las organizaciones de lucha ante el crecimiento de la pobreza durante el mandato de Macri, como el seguro al desocupado o, en su defecto, la universalización de los programas sociales y el aumento en el monto de los miserables 8.500 pesos que cobran poco más de 450 mil compañeros. El futuro ministro se limitó a anunciar un programa alimentario y la vuelta a las “cooperativas de trabajo”.


El programa “Argentina contra el Hambre” tendría como gran anuncio la creación de una tarjeta “inteligente” destinada a la compra de alimentos para niños menores de 6 años y comedores populares (iProfesional, 17/11). Lo de inteligente sería porque se utilizaría sólo para algunos alimentos, lo que explica, en parte, la presencia de las cámaras alimenticias en el anuncio del plan.


El anuncio adelanta una crisis en varios sentidos, ya que será para niños sólo “hasta 6 años”, previendo seguramente que los mayores de 6 comerían en los comedores escolares. La capacidad de estos comedores está desbordada y la posibilidad de absorber más niños es prácticamente nula. Además, los niños (y también los ancianos) comen o deberían comer dos veces por día. Los niños comen una vez al día en la escuela. ¿Por qué, entonces, se corta a los 6 años la “ayuda alimentaria”? Por otra parte, Vidal asigna a los comedores escolares 33 pesos por niño, menos que un sándwich.


La tarjeta alimentaria se entregaría a 2 millones de personas, anunció Arroyo. La indigencia, es decir la imposibilidad de alimentarse, llega a más de 3,5 millones de personas, o sea que más de un tercio de la población indigente ni siquiera tendrá asistencialismo.


Se anunció también que se “aumentarán” las partidas para la emergencia alimentaria, sub-ejecutada por Stanley, que fue de 27.000 millones de pesos en 2019, para llevarlas a 40.000 millones de pesos en el próximo Presupuesto, pero el aumento no es tal, porque apenas incorporaría la inflación prevista.


El ángulo estrictamente asistencial de abordar la pobreza y la indigencia prevé la continuidad del ajuste y la nula perspectiva de recuperación económica y, por lo tanto, de creación de trabajo genuino, por los menos en los dos años próximos. El esfuerzo del gobierno F-F estará puesto en concentrar los recursos para el pago de la usuraria e ilegítima deuda pública.


La promesa de Fernández al trío de San Cayetano de relanzar las cooperativas de “trabajo” le valió el apoyo electoral de éstos y la integración anticipada a su gobierno. La iniciativa no es más que precarización laboral (ver “Fernández con el Triunvirato Vaticano: una integración para que siga la precarización laboral” en prensaobrera.com) con la novedad de la conformación de un sindicato de los precarizados, consolidando así, la integración de las organizaciones del Triunvirato a la burocracia entreguista  de la CGT. Se establecería así un precedente gravísimo para toda la clase obrera, porque se crearía un sindicato cuyos trabajadores no tendrían el convenio correspondiente a su tarea, por caso los obreros de la construcción, los barrenderos o  los empleados municipales. Estos trabajadores sindicalizados quedarían por fuera de los convenios colectivos que agrupan a los trabajadores de una misma actividad. Se establecería que existan trabajadores con la misma actividad y  distintos convenios, promoviendo la división de la clase obrera  e introduciendo aspectos centrales de la reforma laboral que quieren los capitalistas. 


El marco para impulsar estas políticas es el Consejo Económico y Social, que será un instrumento del pacto social al que quieren encorsetar a la clase obrera. Más que nunca, es imprescindible la autonomía de las organizaciones obreras, como instrumentos de lucha basados en la independencia de clase, y no como agentes de los gobiernos patronales. 


Todo esto está en la agenda que más de mil delegados debatiremos este fin de semana en Punta Lara. El Congreso del Polo Obrero se planta contra el pacto social y la integración al Estado, y lanzará su programa, su pliego de reivindicaciones y su plan de lucha.