Continúa la lucha por tierra y vivienda en San Miguel

Reforcemos la organización para torcerle el brazo al Municipio.

Corresponsal

A semanas de iniciado el reclamo por tierra y vivienda de los vecinos del barrio Obligado, no sólo no han recibido ninguna respuesta del Municipio sino que lo único que recibieron fue un ataque en un intento de desarmar la organización de los vecinos. En el mismo momento que los vecinos se sumaban a una movilización, acompañando al Polo Obrero de San Miguel para presentar en conjunto un petitorio, en reclamo de asistencia a los comedores y por una solución habitacional para los vecinos del distrito, el intendente Jaime Méndez además de no recibirlos mando a la policía a desalojar el espacio que utilizaban los vecinos como comedor y merendero al aire libre en el cual se juntaban muchos chicos y vecinos.

Con la excusa de que están agrandando la calle Gaspar Campos mandaron a la policía junto a una pala mecánica para que empiece a excavar en el lugar donde se juntaban. Para colmo la ampliación de la calle obedece a las demandas de un grupo empresario que está construyendo el barrio privado “Nuevo-Bellavista” para el cual el Municipio está invirtiendo en la rotonda para la entrada principal de esta obra faraónica, cuando nunca puso un semáforo, varias veces reclamado, para que puedan cruzar las madres y los chicos cuando vuelven del colegio.

Se ve a las claras los intereses qué defiende Jaime Méndez: por un lado gasta el presupuesto municipal en la especulación inmobiliaria instalando cloacas, asfalto, rotondas, bombas de agua y otros para barrios privados que aún no están, y de esta manera acaparar los terrenos disponibles para este negociado, aún echando a vecinos como en el caso del barrio El Polo. Del otro lado vemos la falta de los servicios más básicos en los barrios populares como el agua y la luz sumado al hacinamiento en dónde en una casa viven hasta 4 o 5 familias.

Los negociados inmobiliarios que impulsa el municipio encarecen aún más los terrenos, los inmuebles y los alquileres expulsando así a los trabajadores del centro a la periferia y en algunos casos por fuera del Municipio para acceder a alquileres más baratos.

Frente a la posición del Municipio, la asamblea de vecinos de barrio obligado y aledaños sigue organizado y sacando el conflicto a la calle cortando un carril de la calle Gaspar Campos, sosteniendo el comedor y el merendero y profundizando la organización por este reclamo genuino.