Córdoba: sin vivienda, las mujeres protagonizan las ocupaciones de tierra

El problema habitacional se agrava y tiene como principales afectadas a las jefas de familia.

Hace un mes, un grupo de mujeres con hijos efectuaron una ocupación de tierras en Barrio Cabildo Anexo (Córdoba Capital), al que rápidamente se le sumaron más un centenar de familias. La acción contó con el apoyo de los vecinos del lugar, quienes contribuyeron con agua y luz, cansados de que ese espacio sea un basural.

El grupo destaca a las madres solteras. Hay allí cerca de 150 menores de 15 años, entre elles varios niñes con discapacidad. También se encuentran personas ciegas. Esta difícil situación solo ha sido “atendida” por el Estado mediante la policía de Juan Schiaretti, que a días de efectuarse la toma de tierras apareció para tirar abajo las precarias casillas que armaron las familias.

La ocupación se lleva adelante de conjunto, impulsando un merendero y una olla popular, donde aprenden día a día cómo manejarse, “mediante el compañerismo, para que la gente se haga su casita”, señala una de las delegadas que la impulsó. Con firmeza, ella añade que “acá no se venden ni se regalan terrenos, acá están las familias que entraron desde el principio y la vamos a luchar hasta el final”.

La organización y acción directa es el único recurso que les queda a las mujeres que han sufrido el hacinamiento y el desamparo del gobierno frente a la violencia de género y la falta de trabajo. A la vez, las madres de niñes con discapacidad no pueden generar ingresos cuando están abocadas a la atención de sus hijes en la absoluta precariedad, sin asistencia del gobierno. Tampoco es sencillo el asunto para quienes tienen a cargo el cuidado y la escolarización de los menores durante la cuarentena, en el marco de una pobreza que alcanza a casi cuatro de cada diez pobladores del Gran Córdoba, con cerca de 90.000 personas indigentes.

Estas mujeres ilustran toda una serie de ocupaciones que se dan en la provincia, propio de la grave crisis social y habitacional que se vive, con más de 300.000 familias sin vivienda, mientras avanzan los pulpos inmobiliarios a costa de la expulsión y el desmonte.

Protección para las mujeres sin vivienda

Entre las diferentes iniciativas y acciones que el Frente de Izquierda ha impulsado, está el proyecto de Ley presentado por la legisladora provincial Soledad Díaz. El mismo contempla un Plan de protección para las mujeres sin vivienda, que parte de la base de prohibir el desalojo forzoso y la judicialización de mujeres cabeza de familia que se encuentren ocupando precariamente terrenos, así como la garantía del acceso a la tierra y a planes de vivienda digna. Y establece, además, un subsidio de $30.000 mensuales para todas aquellas mujeres que se encuentren desempleadas y/o cuyos ingresos no superen la canasta básica, así como el acceso gratuito a los elementos de limpieza e higiene personal, que incluya las necesidades de las personas menstruantes.

El Estado provincial debe garantizar la asistencia alimentaria con insumos para contrarrestar el hambre y la desnutrición en las ocupaciones precarias. Se requieren, también, establecimientos adecuados para los comedores y merenderos populares, tanto en infraestructura como en servicios públicos básicos. El gobierno de Schiaretti tampoco puede desentenderse del acceso a la educación pública desde la primera infancia, así como de la asistencia médica integral a personas con discapacidad.

El Ministerio de la Mujer, que dirige Claudia Martínez, tiene que atender integralmente la situación de extrema vulnerabilidad en la que se encuentran las mujeres y sus familias, atravesadas por una variedad de violencias, entre domésticas e institucionales. Urge, de este modo, la designación de un presupuesto especial para colocar los recursos humanos y materiales necesarios a tal fin, siempre bajo control de una comisión electa por las mujeres que lo demandan.

Semanas atrás, más de dos mil personas, junto al Polo Obrero señalaron en las calles que “con hambre y sin vivienda no hay cuarentena”. Y mediante la acción directa, decididas mujeres luchan por la dignidad de un hogar para ellas y sus niñes. Avanzan en la comprensión de que para no morir sin techo, abandonadas por el Estado en alguna plaza céntrica o en las orillas de la ciudad, el camino es la organización y movilización, independientes del gobierno que nos somete a la miseria.