Corte de ruta en Gowland-Mercedes

La semana pasada se conoció que en la pequeña localidad de Gowland, un grupo de vecinos llamaba a pronunciarse contra el peaje. En un volante que no cuestionaba las privatizaciones de las rutas e incluso dejaba entrever la posibilidad de una ‘rebaja’ o un corrimiento de las casillas unos kilómetros hacia el interior de la ruta 5, este núcleo de vecinos se dirigió a la población en la medida de sus escasas posibilidades organizativas. Miguel Pastorini (PO) tomó contacto con uno de los impulsores y le planteó que, a pesar de disidencias generales, el PO estaba dispuesto a formar parte de esa ‘autoconvocatoria’. En pocos días nos lanzamos a todos los medios y propusimos salir en caravana el sábado desde la Plaza San Martín, a las 14 horas, para unirnos con los manifestantes de Gowland, que se reunirían a las 15 en la estación de peaje.


Mientras las otras fuerzas políticas cabildeaban, el PO mantuvo la iniciativa, que luego se transformó (por presión de la opinión pública) en un apoyo generalizado.


Las corrientes patronales (UCR-Frepaso) y una lista del PJ (opositora a Gioscio), apostaron a una manifestación que no llegara al corte de ruta y se proponían desmantelarlo, un planteo al que se sumaba la cooperativa local y la Cámara Económica. A las 15 horas partió la columna (otros ya se habían adelantado) y unos minutos más tarde comenzó el corte que alcanzó una importante concurrencia (más de 400 vecinos). Suárez (Comisión de vecinos de Gowland), centralizado por la UCR, fue usado como ‘independiente’ para que una comisión multisectorial y la Cámara Económica siguieran la negociación.


Fue su última oportunidad. Abucheado por la concurrencia, corrió la misma suerte el secretario general de la UOM. Miguel (PO) denunció al intendente, a los gobiernos nacional y provincial, y propuso el levantamiento del Peaje. La concurrencia, muy radicalizada, aplaudió esta primera intervención. Rápidamente surgieron otras posturas, que proponían medidas legalistas (firmas de petitorios, reducir la tarifa a 1.50, correr las cabinas, etc.), pero un sector muy importante quería seguir el corte. Se propuso entonces una comisión ‘negociadora’. Allí nuevamente Miguel (PO) planteó que si se formaba la comisión, ésta debía deliberar en forma abierta y pública (nuevamente, aplausos y ovación de la asamblea). Por último, el presidente de la UCR, como medida de salvataje, planteó, en una ‘izquierdización’ sorprendente, ¡luchemos por la erradicación!, lo que lo puso al frente para desmantelar el corte. Y en parte lo logró. Pero al llegar a la zona del primer bloqueo (300 metros), un sector seguía sin retirarse junto al móvil del PO, que tenía bocinas montadas. Entonces aparecieron algunos neumáticos que comenzaron a quemarse y se siguió con un pequeño piquete. Las corrientes políticas ya no estaban y solamente el PO, junto con militantes de la ‘violeta’ municipal, siguieron junto a activistas independientes. El corte prosiguió media hora más. Llegó el comisario en helicóptero y fue recibido por el ya popularizado “Yo sabía que a Cabezas lo mató la policía”.


Cuando levantamos el piquete y retornamos a la ciudad en lenta caravana, desde la larga cola de vehículos, muchos de los ‘bloqueados’ saludaban el corte. En suma, en la zona se verifica un profundo giro de la situación política, para lo cual el gobierno comunal no tiene respuesta. El rol de la Asamblea nacional y la estructuración de un poderoso frente de luchadores es la vía más apropiada de superación, y así parece comprenderlo un importante sector de nuevos luchadores.