El acampe, Kammerath y De la Sota

El Acampe nacional tuvo una enorme repercusión en Córdoba. Nunca antes la plaza San Martín (ni ninguna plaza de la provincia) había sido ocupada por los trabajadores. Más de 50 carpas fueron instaladas el miércoles cuando una manifestación de 2.000 trabajadores llegó a la plaza. Durante la noche el Acampe fue sostenido por más de 350 compañeros y cerca de 500 participaron de la asamblea final. Las carpas fueron puestas por las organizaciones de desocupados nucleadas en el Bloque Piquetero y Barrios de Pie.


El Acampe estampó su sello en la situación provincial incluso antes de ejecutarse. El miércoles 31, una asamblea de delegados escolares de la UEPC (docentes) Capital votó, contra la burocracia, la moción de concurrir al Acampe. Aunque luego la burocracia violó la resolución y no puso la carpa (la actividad la sostuvieron los docentes de la oposición) no podrá tapar las profundas implicancias que ha tenido esta adhesión de la asamblea escolar.


Que el Acampe suscitó una amplia adhesión popular se verificó en la misma plaza, con la adhesión de los artistas al recital organizado por LuchArte, por el apoyo de comerciantes y transeúntes a la olla popular y a las colectas, por los debates generados en torno a la mesa del Ojo Obrero. Esta adhesión no responde a un “espíritu de solidaridad” hacia los desocupados, hacia los que “menos tienen”; la adhesión parte de reconocer en los piqueteros la decisión de llevar adelante la lucha por sus reclamos, es decir, no subordinarse a los planes y objetivos del gobierno, ni a la miseria que pretenden afirmar. Es la misma decisión que manifiestan los trabajadores de la Clínica Junín, en su lucha por mantener la fuente de trabajo y un servicio de salud.


La decisión de la Multisectorial por la Revocatoria de mantener la campaña y profundizarla, cuando las chicanas judiciales pretenden cerrar las puertas, responde al mismo espíritu del Acampe piquetero; señalado por todos los sectores populares (asambleas populares, trabajadores agremiados, prensa, etc.) como un ejemplo a seguir. Y ésta es la principal victoria del carpazo.


El Acampe piquetero ha establecido un nuevo liderazgo que debe servir a la unidad de las asambleas populares, los piqueteros, los trabajadores de la Junín, de Comercio y Justicia, a los docentes, a los sindicatos combativos. La campaña por la revocatoria es una buena oportunidad para ponerla de manifiesto.


(Qué gran diferencia con la pobre movilización que un sector de la izquierda – IU- produjo en el mismo momento en que ocupábamos la plaza; mientras en la plaza los piqueteros establecíamos un planteo de poder, poniendo de manifiesto la debilidad del gobierno que se arrastra frente al imperialismo – y de paso la propia crisis yanqui – , IU paseaba un gran pene con la bandera yanqui en la punta quejándose impotente. Otros como la CTA y la CCC brillaron por su ausencia)