El FMI ordena, el gobierno nacional condena

Más que nunca necesitamos un plenario nacional para votar un plan de lucha contra el ajuste

Jornada de lucha del 25 de enero

La ofensiva ajustadora del gobierno ha tenido un pico en enero. Se impulsaron casi 160.000 bajas en el principal programa del Ministerio de Desarrollo Social -Potenciar Trabajo-, con el único objetivo de ahorrarse más de 50.000 millones de pesos por año.

El ajuste actual tiene antecedentes en el Presupuesto enviado por Massa al Parlamento a fines del año pasado. Además, la inflación del 94% implicó una reducción de todo el gasto del Estado. Sumado a estas medidas tremendamente antiobreras, el gobierno “aumentó” el salario mínimo por debajo de la inflación, lo que golpeó a los jubilados que cobran la mínima y a los compañeros con programa sociales. Se incumplió en más de cuatro ocasiones la entrega mensual de los alimentos correspondientes a los comedores populares, ahorrando para el gobierno millones de pesos.

El equilibrio fiscal absolutamente precario que el gobierno festeja fue obtenido a partir de una caída en la inversión pública, una reducción de la jubilaciones -especialmente las mínimas- y del conjunto del gasto, que incluye la salud y la educación.

A pesar de todas estas penurias, no logra estabilizar el dólar que sigue subiendo y amenazando con una devaluación, que implicaría una nueva vuelta de tuerca al proceso inflacionario y una depreciación de los salarios. Si no lo hiciera, podría profundizar la recesión que se ha manifestado en la caída de la actividad económica del último trimestre 2022, alentada por la suba de la tasa de interés, el cepo a las importaciones y la caída del consumo; en definitiva, un cóctel explosivo.

Los próximos meses serán para el conjunto de los trabajadores un desafío para defender sus ingresos, sus conquistas y reivindicaciones.

Para los desocupados, las bajas -despidos- de los 160 mil compañeros son el anticipo de un ataque a sus conquistas. El movimiento, con el plan de lucha del año pasado, logró hacer frente a la ofensiva ajustadora. Arrancamos bonos mediante movilizaciones, acampes y la gran Marcha Federal, que pusieron un límite a la depreciación de los planes sociales. También enfrentamos la negativa del gobierno a que se den nuevos ingresos en el programa. Un cepo reclamado por las patronales de todo el país, porque el monto de los programas compite con los salarios de miseria que quieren pagar a sus trabajadores.

Durante el año pasado, el movimiento piquetero forjó el reagrupamiento más importante de lucha en las calles, según el gobierno y los medios de comunicación, la llamada Unidad Piquetera. Es claro que hemos sido un clavo en el zapato del gobierno que intentaba ajustar hasta a los pibes que trabajan, estudian y tienen una beca Progresar. Las acciones de lucha, la agitación política, las denuncias en los medios, lograron ponerle un límite a lo que hubiera sido un avance aún mayor del gobierno ajustador a las órdenes del Fondo Monetario internacional.

El año 2023 inicia con la competencia de distintas variantes patronales para ver quién tiene el planteo más derechista y ajustador. Tanto el gobierno de Fernández y Cristina como la oposición derechista de los Larreta Bullrich y Milei, se proponen llevar adelante un ataque aún mayor a los trabajadores para que paguemos la crisis que originaron los sucesivos gobiernos y sus mandantes, la clase capitalista.

A pesar de ser un año electoral, o tal vez por eso mismo, los políticos capitalistas se disputan la preeminencia electoral con planteos antiobreros, derechistas y ajustadores.

Por eso, es más necesario que nunca unir fuerzas, sumar sectores que van a verse afectados por la profundización del ajuste. Juntar fuerzas para un nuevo plan de lucha; en ese sentido, es una medida imprescindible llevar adelante un plenario piquetero, como hicimos el año pasado.

Desde el Polo Obrero entendemos que una medida así debe estar precedida por reuniones, asambleas y plenarios provinciales para llegar a un gran plenario nacional que resuelva un plan de lucha con medidas progresivas, cortes de acceso, acampes y todas las acciones que acordemos y que pongan en primer lugar la lucha por la defensa de cada compañero. Por el aumento en el monto de los programas sociales y la apertura para todos los que lo necesiten. Colocamos esas medidas transitorias, mientras impulsamos nuestro planteo de trabajo genuino mediante un plan de obras públicas para construir viviendas bajo convenio y con el salario en actividad. Ninguna precarización laboral, ninguna utilización de los compañeros en supuestas economías populares, que son más de lo mismo.

El Polo Obrero ha propuesto a la Unidad Piquetera la realización de este plenario, y el debate ha ido avanzando. La gran mayoría de las organizaciones han respondido positivamente. El Frente de Lucha, integrante de la Unidad Piquetera, ha hecho propio el planteo. Se trata de ponerle fecha, modalidad y plazos para discutir un programa precedido por una caracterización de la etapa. Hemos avanzado en acuerdos importantes el año pasado, ahora debemos ampliar la unidad con otros sectores.

Se nos plantea la necesidad de estar más preparados que nunca para una batalla político-reivindicativa que tiene que estar encabezada, como el año pasado, por la Unidad Piquetera. Llamar al conjunto de la clase obrera a defender a cada compañero y preparar una lucha de fondo, mediante el paro activo nacional y la movilización de los trabajadores contra el ajuste en el camino de la huelga general, para que la crisis la paguen los capitalistas y por un gobierno de los trabajadores.