El plan de lucha y el frente único son el camino para conquistar nuestras reivindicaciones

Las medidas son contundentes cuando son masivas y en unidad

Foto: Pedro Saracho

El Plenario Nacional Piquetero que realizamos el pasado 3 de marzo en Plaza de Mayo votó por unanimidad, con 5 mil delegados provenientes de todo el país, un plan de lucha que comenzó el lunes 13 con un acampe de 48 horas, con epicentro en la 9 de Julio, y que incluyó movilizaciones en todas las provincias, en más de 180 puntos.

El plenario caracterizó que el gobierno se está endureciendo, tiene discursos y acciones cada vez más similares a las de la oposición macrista: estigmatización, mentiras, persecución y criminalización de la protesta. El desgaste del gobierno de Alberto Fernández -y la asfixiante situación económica- está poniendo en evidencia cuál es su plan a seguir para lo que le queda de mandato: pagar al FMI a costa del hambre de los trabajadores, la desocupación y la entrega de los recursos. Esto ocurre en un contexto de descomposición social muy palpable, con la penetración del narco en los barrios con la complicidad de las fuerzas policiales, lo que está afectando principalmente a la juventud.

El plan de lucha tiene cuatro ejes de reclamo: apertura de los programas sociales, aumento de sus montos, herramientas para los proyectos comunitarios y alimentos para los comedores populares.

El gobierno está avanzando en recortes brutales en este plano. Aplicó bajas masivas en los programas sociales; el monto del Potenciar Trabajo, que equivale a la mitad de un salario mínimo, fue devorado por la inflación; las herramientas para los proyectos no llegan; y los alimentos son de mala calidad, no hay variedad (entre cuatro y seis productos), y el año pasado recortaron los meses de entrega.

Estos son los puntos que la Unidad Piquetera pone sobre la mesa para tratar con la ministra Tolosa Paz, la cual sigue en campaña electoral, haciendo declaraciones en los medios, pero no responde las demandas.

En este cuadro político y social, el Polo Obrero y el Frente de Lucha Piquetero empujaron hacia adelante la realización del Plenario Piquetero y el plan de lucha. Somos partidarios del frente único, entendemos que la clase obrera debe golpear con un solo puño a este régimen social podrido que nos somete a las peores condiciones de vida.

Es sobre esos principios que pusimos en pie tanto el Frente de Lucha como la Unidad Piquetera, que integramos junto a Libres del Sur, MST Teresa Vive y la Coordinadora por el Cambio Social.

La lucha contra el hambre y el ajuste requiere de un compromiso político y físico. Ponerle el cuerpo a lo votado es fundamental para hacer triunfar los reclamos, porque así lo demuestra la realidad. Todo lo que conquistamos es producto de la lucha en las calles contra los gobiernos que tienen como política dividir a los luchadores o cooptarlos. Por eso, la independencia política nos mantiene donde estamos: denunciando a los ajustadores y a los colaboradores de los ajustadores, como las burocracias sindicales y las organizaciones sociales oficialistas, que cierran el pico frente a semejantes ataques.

Lxs compañerxs de la Coordinadora por el Cambio Social tuvieron, en la primera medida de lucha, una actitud que consideramos equivocada, y que cuestiona el frente único, con el que todos tiramos para el mismo lado. El ajuste que se viene es mayúsculo, no se puede especular con la obtención de conquistas sin luchar o tener una lectura derrotista de las medidas de acción y, por lo tanto, actuar con esa orientación. Llamamos a lxs compañerxs a revisar y criticar estas actitudes, que afectan a los miles y miles que nos movilizamos contra el ajuste.

Esta primera medida de acampe piquetero continuará y necesitamos seguir desarrollando un movimiento popular que enfrente a los gobiernos de todos los colores.

A nadie se le escapa que a este plan de lucha lo atraviesan las elecciones de este año, las cuales tienen entretenidos a los políticos de la burguesía, que se dedican exclusivamente a hacer campaña, mediciones, encuestas, especulaciones y propaganda.

En ese terreno, el Polo Obrero también va a dar batalla, como lo hizo en la campaña electoral pasada, discutiendo con los vecinos de cada barriada popular, lo que llevó por primera vez al Frente de Izquierda a conquistar concejales en el conurbano y otros puntos importantes del país.

Pero no son las elecciones el eje ordenador de nuestra vida, no especulamos políticamente con ellas. Por eso no le sacamos el cuerpo a la lucha piquetera por nuestras reivindicaciones. Las elecciones son para el Polo Obrero una tribuna de denuncia de la situación social que vivimos, en las que nos colocamos como una alternativa política para los trabajadores y las trabajadoras. Por eso defendemos el frente único en la lucha por las reivindicaciones más elementales y sacar conclusiones políticas de esas peleas.

Es la diferencia que tenemos con los compañeros del MST, que ponen todas sus fuerzas en la campaña de sus candidatos y poca fuerza en las jornadas de lucha, que son las que van a conquistar lo que reclamamos. El primer día de acampe llamó la atención la escasísima  cantidad de compañeros que tenía su columna -menos de 150- mientras que el resto de las organizaciones pusimos todo para sostener la medida.

Tenemos por delante un largo año. Nuestro futuro dependerá de una continua intervención obrera, independiente y de lucha. El movimiento piquetero (y su fuerza) se construye todos los días en asambleas, empadronamiento, y con el empoderamiento de cada desocupado/a para pelear contra quienes generaron la crisis. Este papel hoy lo juega la Unidad Piquetera. El Polo Obrero defiende esta perspectiva.