El Polo Obrero prepara un plan de lucha frente a los nuevos recortes del gobierno

El plan de guerra del capital contra los trabajadores que capitanea el macrismo con los gobernadores tiene a los desocupados en la mira. A fines de enero, el gobierno dio de baja a 28 mil beneficiarios de programas de empleo a los que pagaba la mísera suma de $1800. Desde estas páginas, hicimos la convocatoria del Polo Obrero a luchar por la inmediata reincorporación, movilizando más de 10 mil compañeros en todo el país el pasado 8 de febrero.


Pero los recortes serían incluso superiores. Alrededor de 80 mil planes van a ser transferidos del Ministerio de Trabajo al Ministerios de Desarrollo Social (Transición al Salario Complementario, Argentina Trabaja, entre otros) y se prevé que este sólo pueda asumir el pago de menos de 30 mil.


El gobierno anunció estos días que el Ministerio de Desarrollo Social convertirá los planes “Ellas Hacen” y “Argentina Trabaja” en un nuevo programa, “Hacemos Futuro”. No modificará los haberes que percibe cada monotributista social, apenas unos $4730, un tercio de la canasta de pobreza, pero sí las contraprestaciones. Impedirán que las cooperativas de trabajo sean destinadas a trabajos comunitarios como saneamiento y limpieza. Exigirán terminar los estudios primarios, secundarios y terciarios, lo cual contrasta con los cierres masivos de cursos y de escuelas enteras contra los que se movilizan los docentes hace semanas.


Lo que sí parece certero es que “cada uno de los 50 entes de las organizaciones (sociales que) reciben 12.000 pesos al año por cada beneficiario de un plan social, para cubrir costos administrativos, operativos e insumos que necesitan para cubrir las actividades como entes ejecutores, (…) con este giro, dejarán de recibirlos” (Clarín, 25/2). Un duro golpe a la CTEP, CCC y Barrios de Pie, el Triunvirato del Vaticano que, tras firmar en 2016 la Emergencia Social con el gobierno, se convirtió en receptor de más de 60 mil de planes como ente ejecutor.


Esto es parte de un ataque más general a los trabajadores, como se ve en los despidos masivos en el Estado los techos salariales y los tarifazos.


La política del Triunvirato


En este contexto, el 15 de febrero el Polo Obrero participó de la marcha a Plaza de Mayo durante la jornada de paro activo nacional de ATE. Planteamos la reincorporación de todos los trabajadores despedidos y rechazamos las bajas de los planes.


Ese mismo día el Triunvirato y otras organizaciones que se alinearon con él, movilizaron 40 mil trabajadores a la Casa de Gobierno bonaerense en La Plata junto con Schmid (CGT), Palazzo (Corriente Federal), Baradel (Suteba-CTA) y Moyano (Camioneros).


Allí reclamaron ser incorporados en la obra pública con un 25% de cooperativistas en la contratación del Estado (ctepargentina.org, 15/2). La incorporación de trabajadores precarizados en la obra pública “empalma” con la línea de flexibilización laboral del gobierno.


Ya en las movilizaciones de fin de año contra las reformas previsional y laboral, estas organizaciones chocaron con el gobierno y se sumaron a la ola de movilizaciones que conmovió al país. El Triunvirato piquetero oscila en busca de un pacto con el gobierno y se abre un interrogante frente a la crisis que provoca el ajuste en el nuevo escenario político.


El 21 F tuvo al triunvirato como una de sus columnas vertebrales, pero de allí no salió nada, ni Moyano, ni los K, ni tampoco de los oradores piqueteros, plantearon un plan de lucha ni un  impulso a las que existen (INTI, Fanazul, Turbio, etcétera).


El Triunvirato vaticano fue un aliado de la unidad de la CGT (el otro triunvirato) aun cuando los burócratas apoyaron con todo la reforma laboral y la previsional y cuando la CGT estalló producto de la lucha de los trabajadores que se oponen a ella, los Cayetanos se agarraron de Moyano y dejaron al movimiento que representan  sin ninguna perspectiva.


Ha quedado claro en poco tiempo que ni el pacto social por 3 años, para defender un asistencialismo funcional al ajuste, ni la alianza con la burocracia sindical entregada al gobierno ajustador, son una perspectiva para los desocupados y sus organizaciones, hay que abrir un debate sobre que política tenemos que tener los desocupados y nuestras organizaciones.


Frente único y plan de lucha


En los piquetes del 8 de febrero, el Polo Obrero levantó una orientación de frente único de las organizaciones sociales contra los 28 mil despedidos de los programas de empleo. Es una convocatoria extensiva a todo el arco del movimiento piquetero para abrir un canal de movilización y un plan de lucha enfrentar el plan de guerra del capital junto con los trabajadores ocupados que luchan contra los despidos en el Estado y en la industria, como los azucareros de los ingenios en el Norte.


Los reclamos, en estas circunstancias, deben ser bien claros:


Trabajo genuino, mediante un plan de obras públicas y viviendas.


Por un ingreso básico para todos los desocupados no inferior del salario mínimo, vital y móvil.


Basta de bajas en los programas de capacitación del Ministerio de Trabajo, reincorporación de todos los compañeros.


Apertura irrestricta de todos los programas sociales.