“En la villa 1-11-14 estamos tratando de sobrevivir, más que de vivir”

Prensa Obrera conversó con los vecinos del barrio, donde hay más de 100 casos de coronavirus y ninguna respuesta de los gobiernos.

En base a entrevistas realizadas por el Polo Obrero.

Foto: Ojo Obrero Fotografía

La crisis sanitaria y económica está haciendo estragos en las villas porteñas, ya golpeadas por años de desprecio de las gestiones nacionales y de la ciudad. Hay al menos 365 casos de coronavirus en ellas, con registros muy altos como los 237 de la Villa 31.


Mientras la Legislatura Porteña acaba de aprobar una “emergencia” presentada por Horacio Rodríguez Larreta que reduce estrepitosamente el presupuesto destinado a vivienda popular, las consecuencias del hacinamiento se hacen sentir con más de 365 casos de coronavirus en los barrios populares.En la Villa 1-11-14, donde Prensa Obrera conversó con los vecinos, ya se registran más de 100. 


“Las piezas donde se vive son de 3×3, cuando las familias son de mínimo tres o cuatro personas. Algunos tenemos dos piezas, otros una”, describe Wilson. Mientras que otra vecina, Soledad, hace referencia a “casas precarias” en las que “llegan a vivir hasta cinco familias”, cada una de ellas “en una pieza de 5×5 en la que conviven papá, mamá y dos niños”. En la mayoría de los casos, añade, los baños son compartidos.


En estas condiciones “es complicado mantener el aislamiento”, señala Wilson en un mensaje que parecen desconocer funcionarios como el ministro nacional de Desarrollo Nacional, Daniel Arroyo, que promueve que las fuerzas represivas (¡y hasta las organizaciones sociales!) se encarguen de “disuadir” a los habitantes de las villas, para que mantengan la cuarentena. Con todo, afirma el vecino, “hacemos todo lo que se puede para cuidar a nuestra familia”.


Esta es la situación en 2020, veinte años después de que se aprobara la Ley nº 403 (de junio de 2020), que establecía el plan de urbanización de la 1-11-14. ¿Qué hicieron desde entonces los gobiernos de Aníbal Ibarra, Jorge Telerman, Mauricio Macri y Horacio Rodríguez Larreta? Nada. “Ni una sola obra. Ni siquiera una respuesta o un adelanto”, manifiesta indignada Soledad. La ley de “emergencia” que se votó este jueves, que reduce a la mitad los ingresos del Instituto de Vivienda de la Ciudad, agravará la situación. A no ser, claro, que lo impida la movilización popular, como sucedió el año pasado con la frustrada ley precarizadora de residentes y concurrentes de salud.



Foto:Bernardo


A propósito de los controles por Covid-19 publicitados por los gobiernos, Wilson atestigua que “testeos masivos como los que muestran en la tele no hubo, o al menos no se vio. La gente entra y sale normalmente de la villa”. Consultado por la respuesta de los Ejecutivos, recuerda nomás que “entró una ambulancia a buscar a una contagiada”. Para las familias que conviven con los infectados, informan otros testimonios, no hay medidas. Soledad lo resume con claridad: “en la 1-11-14 no hay nada de control, y los casos siguen creciendo”.


Como si todo esto fuera poco, Wilson asegura que “lo que más nos está golpeando en estos lados es la crisis económica. Todos trabajamos afuera, y desde que empezó la cuarentena y todo esto no se está saliendo a trabajar. Estamos tratando de sobrevivir, más que de vivir. Sobrevivir con lo que se tiene. Como papás, hacer magia, malabares, con todo”. Él alquila su vivienda, pero no ha podido pagar la renta desde marzo. Agradece que “la persona que me alquila a mí es comprensiva. Pero hay amigos que te escriben y te dicen que están pasándola mal y que si no pagan les exigen desalojar. Porque acá no hay contratos de alquiler, es todo de palabra”.


Para Soledad, la situación “es lamentable”, ya que “la mayoría son obreros y hasta el día de hoy la construcción no esté habilitada para empezar. Hay familias que ya no tienen para comer y recuren a las iglesias y los comedores, pero los comedores tampoco ya no dan abasto“.


Prensa Obrera preguntó si hubo alguna ayuda por parte de los gobiernos ante esta situación. “Algo hubo, de bolsones”, nos señala Wilson, pero aclara que “ya son dos meses y más que se va estar en cuarentena, y la ayuda fue solo por una vez. Tratamos de sobrevivir haciendo en la casa”. Sobre el bono de 10 mil pesos –Ingreso Familiar de Emergencia- dispuesto por el gobierno,  Soledad sentencia que “tiene más vueltas que la montaña rusa”.


Como dice Wilson, la situación “está complicada como en todo el país, pero más, por cómo se vive en estos lados”.


El frente de lucha de las organizaciones piqueteras viene de realizar el miércoles una gran jornada nacional de lucha que colocó en primer plano el problema de la escasez de insumos sanitarios en los barrios y arrancó el compromiso de un restablecimiento de la entrega de mercadería a los comedores populares.


En momentos en que la pandemia ha agravado dramáticamente las condiciones de vida en los barrios más humildes, la organización marca el camino a seguir para alcanzar las reivindicaciones.