Es necesaria una dirección y un reclamo común

En Tartagal los compañeros de la Coordinadora de Trabajadores y Desocupados (CTD), luego de permanecer diecisiete días frente al municipio sin respuestas cortaron la ruta en el paraje Cuña Muerta, al norte de la ciudad. Han tomado como base de su lucha el programa de 14 puntos votado por la Asamblea Popular de la localidad (29/1) reclamando 1.000 puestos de trabajo y 1.000 planes alimentarios, el reparto de las horas de trabajo sin afectar el salario en las petroleras, un salario mínimo de 3,50 la hora y una tasa extraordinaria y progresiva a las operadoras, creando un Fondo Especial de Hidrocarburos “para el saneamiento financiero de los municipios poniendo a los mismos bajo control de los vecinos y trabajadores”. La CTD, que suma delegados de 34 barrios, mantiene doscientos compañeros en la ruta y comienza a recibir el apoyo de la población.


En Mosconi, la UTD y la CTD (Polo Obrero) ocupan la ruta 34 en el lugar histórico de los cortes. La UTD ha presentado un pliego centrado en créditos “blandos” y contratos de las petroleras para las Pymes de la zona, junto a los reclamos de 3.000 planes de empleo, aumento de las regalías petroleras para el Departamento San Martín y un salario de 2,50 pesos por hora para todas las empresas.


En Embarcación, la UTD y el Fubde cortan la ruta 90 frente al pueblo por planes de empleo, y treinta kilómetros más al sur, en Pichanal, cortan compañeros de los planes por su renovación. El mapa de cortes se estira hasta Aguaray, llevado adelante por el flanco más combativo de las comisiones de desocupados, y Orán, impulsado por compañeros del Polo Obrero.


El primer dato político fundamental es que los piqueteros del norte de Salta han vuelto a la ruta desafiando a la Gendarmería y ocupando los centros históricos de los cortes con sus dirigentes perseguidos a la cabeza. El segundo dato es que los piqueteros tienen un punto de apoyo enorme en el resto de los trabajadores (en muchos casos con sus salarios impagos por meses) y en la población explotada, que se orienta a transitar el camino de las Asambleas Populares, como en Tartagal, con 800 trabajadores y vecinos en su mejor deliberación.


El movimiento de lucha, que surgió con enorme fuerza, sin embargo, está completamente fragmentado y carente de un planteo político, reivindicativo y de lucha común. Es este escenario el que permite la política de maniobras del gobierno de la provincia (PJ), que envía al ministro de Gobierno y otros funcionarios para abrir “vías de negociación” por separado, intentando el desgaste y la cooptación de fracciones del movimiento piquetero.


En las últimas horas ha sido convocada una reunión de representantes de todos los cortes de la zona para establecer un pliego y un plan de acción de conjunto. La convocatoria a las Asambleas Populares, la “unión de piquetes y cacerolas”, también en el norte de Salta y el llamado a un plan de lucha que impulse la huelga general están a la orden del día.